Más allá de las articulaciones: cómo afecta la artritis psoriásica al cuerpo
Esta enfermedad autoinmune e inflamatoria puede ir más allá de la piel y las articulaciones, y atacar órganos y otras partes.
El dolor articular es una parte importante de la vida con artritis psoriásica (AP). Sin embargo, la inflamación que afecta las articulaciones también puede causar problemas en otros órganos y tejidos, y las comorbilidades, o afecciones que suelen acompañar a la AP (como la obesidad y la diabetes), conllevan efectos adicionales no relacionados directamente con las articulaciones. Probablemente piense primero en los problemas de la piel, pero también pueden verse afectados los ojos, el corazón, los pulmones, el tubo gastrointestinal (GI) (estómago e intestinos), el hígado y los riñones.
Piel. La psoriasis aparece primero en el 60% al 80% de los pacientes, suele ir acompañada de artritis en un plazo de 10 años, pero a veces más. Algunas personas son diagnosticadas con ambas enfermedades al mismo tiempo, y entre el 10% y el 15% tienen síntomas de artritis psoriásica antes que de psoriasis. La psoriasis genera manchas gruesas, rojizas e inflamadas en la piel, a menudo con escamas de color blanco plateado. Estas manchas, que a veces pican y arden, pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en los codos, las rodillas, el cuero cabelludo, la espalda, la cara, las palmas de las manos y los pies. Se considera grave cuando se cubre más del 10% del cuerpo.
Ojos. La PA o psoriasis también puede afectar los ojos. Puede contraer conjuntivitis; el síndrome del ojo seco, que provoca sequedad, ardor y sensación de arenilla en los ojos; o la inflamación de la parte blanca del ojo (escleritis). Aproximadamente entre el 7% y el 25% de los enfermos de APS desarrollan la llamada "uveítis", una inflamación de la úvea, el centro del ojo que se ubica detrás de la esclerótica. La enfermedad puede afectar a uno o a ambos ojos, y causa dolor, enrojecimiento, irritación y alteración de la visión, y puede conducir a la pérdida permanente de la visión.
Tracto gastrointestinal. Tener artritis psoriásica puede hacer que sea más probable tener enfermedad intestinal inflamatoria, especialmente la enfermedad de Crohn, que causa diarrea y otros problemas gastrointestinales. Un estudio publicado en 2018 en Annals of the Rheumatic Diseases descubrió que las personas con AP tenían casi el triple de riesgo de padecer la enfermedad de Crohn y un 30% más de riesgo de colitis ulcerosa que la población general.
Corazón. Las complicaciones cardiovasculares derivadas de la inflamación crónica se encuentran entre las comorbilidades más preocupantes de la AP, y la mayor incidencia de obesidad con la AP aumenta estos riesgos. La inflamación (no solo la derivada de la AP, sino también la generada por las células grasas) conspira con otros factores, como el colesterol elevado, otro problema frecuente de los pacientes con APS, para obstruir las arterias. Las personas con AP tienen un 43% más de probabilidades de sufrir un infarto que las que no la padecen y un 22% más de sufrir un accidente cerebrovascular, según un estudio 2017 publicado en Arthritis Care & Research. El control de la AP con medicamentos puede ayudar a reducir estos riesgos, pero algunos medicamentos para la AP son más eficaces que otros para las afecciones cardiovasculares.
Pulmones. La inflamación que causa la AP también puede dañar los pulmones y provocar una afección conocida como enfermedad pulmonar intersticial que provoca falta de aire, tos y fatiga. Esta afección es menos frecuente en la AP que en otras enfermedades reumáticas, como la artritis reumatoide.
Hígado y riñones. La psoriasis aumenta el riesgo de padecer una enfermedad renal crónica y un tipo de hígado graso no alcohólico. Un estudio de más de 1,000 pacientes con AP descubrió que el 32% tenía anomalías o enfermedad hepática. También se reveló en investigaciones que las personas con psoriasis tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades renales, por lo que su médico debería controlar la función renal y hepática.
El cuidado de las articulaciones es importante. Asegúrese de hablar con su médico sobre los síntomas no articulares. La comunicación abierta con su médico lo ayudará a desarrollar un plan de tratamiento eficaz para toda su salud.
Última revisión 4/21/2021