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¿Son los lácteos convenientes para la artritis? 

Entienda la relación entre los productos lácteos y la inflamación.  

Por Amy Paturel

Para muchos estadounidenses, los lácteos son un jugador estrella en cada comida. Sin embargo, podría preguntarse cómo se integra la leche (y sus muchos primos) en una dieta antiinflamatoria.  "Desafortunadamente, no hay una respuesta sencilla", dice Frank Hu, MD, PhD, profesor de Epidemiología y Nutrición en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard en Boston. Los investigadores que estudian la relación entre los productos lácteos y la inflamación han encontrado evidencia contradictoria. "El panorama es confuso y los resultados no son muy consistentes", señala. 

Está claro que una dieta alta en grasas saturadas -que abundan en el queso y en los productos lácteos enteros- puede aumentar la inflamación. Pero otros ácidos grasos que se encuentran en los lácteos se han relacionado con beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de diabetes, señala el Dr. Hu.

Investigaciones sobre los lácteos
Un estudio publicado en The Journal of Nutrition en 2015 halló que comer alimentos lácteos aumentaba la inflamación leve en una pequeña muestra de adultos alemanes. Y un estudio de más de 40,000 personas con artrosis determinó que las que consumían más productos lácteos tenían más probabilidades de necesitar una cirugía de reemplazo de cadera. Por otro lado, varios estudios han hallado que beber leche y comer yogur puede reducir el riesgo de gota.

A pesar de la información contradictoria, en general, las investigaciones muestran un panorama positivo para los productos lácteos. Una revisión de 2017 de 52 estudios clínicos, publicada en Critical Reviews in Food Science and Nutrition, concluyó que los lácteos en general tienen efectos antiinflamatorios, salvo en personas alérgicas a la leche de vaca. Aun así, los autores de esa revisión observaron que sorprendentemente se sabe muy poco sobre qué componentes de los productos lácteos podrían ser beneficiosos y cuáles perjudiciales. Los productos lácteos contienen todo tipo de nutrientes y componentes activos, incluidos calcio, vitamina D y una variedad de grasas y proteínas. Y las proporciones de esos nutrientes varían según el alimento.   

Es difícil sacar conclusiones, dice el Dr. Hu, por una razón importante: "Los lácteos no son un único alimento". Los productos lácteos abarcan todo, desde el yogur hasta el queso y el helado. Incluso la leche líquida difiere de un vaso a otro (es decir, las opciones descremadas y las variedades enteras). Hasta el momento, las investigaciones no han profundizado para decir qué componentes de qué productos lácteos podrían ser más saludables (o perjudiciales).

La evidencia más consistente hasta el momento se concentra en el yogur. "El yogur se asocia con una reducción de la inflamación y de la resistencia a la insulina, y puede prevenir la diabetes tipo 2", dice el Dr. Hu. Los investigadores en nutrición consideran que el poder antiinflamatorio del yogur proviene de los probióticos que contiene, pero esto aún debe ser confirmado por ensayos rigurosos, señala.

Sensibilidad a los lácteos
Dados los resultados contradictorios, podría preguntarse qué tipos de lácteos debería incluir en su dieta (si debiera incluir alguno). La respuesta breve es: depende.

Algunas personas no pueden digerir completamente la lactosa, el azúcar naturalmente presente en los productos lácteos. Si es intolerante a la lactosa, probablemente ya lo sepa. Los síntomas incluyen gases, diarrea e hinchazón después de beber leche o comer productos lácteos. 

Algunas personas que pueden digerir la lactosa podrían ser sensibles a otros componentes de los lácteos. Por ejemplo, los investigadores están estudiando un tipo de proteína llamada proteína beta-caseína A1, que se encuentra en la mayor parte de la leche en EE.UU. Algunas razas de ganado, no obstante, producen leche solo con la versión A2 de la beta-caseína. Algunos estudios pequeños han sugerido que las personas que beben leche solo A2 pueden ser menos propensas a experimentar malestar digestivo y podrían tener menores niveles de inflamación sistémica. Pero la investigación aún es preliminar, por lo que no se pueden sacar conclusiones sobre cómo la A1 podría afectar a las personas con artritis inflamatoria. 

Dieta de eliminación de lácteos
A modo de anécdota, algunas personas con artritis y enfermedades relacionadas descubren que evitar ciertos alimentos puede reducir los brotes. Para otras, las opciones alimenticias parecen no hacer una gran diferencia. Para saber si tiene sensibilidad a la leche de vaca, podría considerar una dieta de eliminación. Simplemente suprima los lácteos durante un tiempo y luego vuelva a introducirlos para ver cómo responde.

Si no observa ningún síntoma negativo, probablemente pueda volver a comprar en la góndola de los lácteos sin preocuparse, dice Simin Meydani, PhD, científica sénior en el Laboratorio de Inmunología Nutricional en la Universidad Tufts en Medford, Mass. Si no es intolerante a la lactosa o sensible a los lácteos, Meydani recomienda comer yogur para aprovechar los beneficios de los probióticos. 

Sin embargo, como con casi todo en la vida, la moderación también es importante en el caso de los lácteos, dice. El consumo excesivo de lácteos enteros o azucarados puede contribuir al aumento de peso, y la propia obesidad está asociada a la inflamación crónica. "Controlar el peso es importante en términos de la reducción de la inflamación", indica. Ceñirse a las opciones de lácteos bajos en grasas puede ayudar a controlar el peso y a reducir la inflamación. 

Sustitutos de los lácteos
Si decide suprimir los lácteos, asegúrese de elegir otros alimentos con esos nutrientes. Las fuentes buenas de calcio incluyen col berza; col rizada; frijoles de soya; garbanzos; almendras; y jugos y leches no lácteas (soya, almendras, cáñamo, arroz) fortificados con calcio. Para la vitamina D, consuma huevos y jugos, cereales y leches no lácteas fortificados.

Asegúrese de leer la etiqueta de los sustitutos de la leche. Algunos de ellos tienen muchos azúcares agregados, por lo que es mejor optar por las variedades sin azúcar. Además, si elimina los lácteos, preste atención al alimento con el que los está reemplazando, dice el Dr. Hu. Comer una dona en lugar de yogur natural para el desayuno podría conllevar problemas de salud mayores.  
 

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