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Alimentación saludable para la artritis juvenil 

No hay una dieta especial para la artritis juvenil, pero determinados alimentos pueden promover un crecimiento y desarrollo saludable y ayudar a bajar la inflamación. 

Por Amy Paturel

Seguir una dieta saludable es importante para cualquier niño en crecimiento, pero los niños con artritis juvenil enfrentan un desafío adicional: comer alimentos que promuevan el crecimiento y desarrollo ayuden a calmar la inflamación. Ante la pandemia de coronavirus, es aún más importante apoyar la salud y el sistema inmunitario de su hijo con una dieta saludable y equilibrada. 

Dado que la dieta colabora en los procesos inflamatorios, los padres recurren cada vez más a dietas populares para controlar los dolorosos síntomas de artritis en sus hijos. Desafortunadamente, ninguna dieta especial puede curar la artritis y no hay evidencias de que determinados alimentos o nutrientes prevengan las complicaciones o las comorbilidades de la artritis juvenil. Algunos de los regímenes de moda pueden incluso poner a los niños con artritis juvenil en riesgo de sufrir carencias alimenticias, explica Denise Costanzo, enfermera practicante del Departamento de Reumatología Pediátrica de Cleveland Clinic. 

¿La buena noticia? Una dieta compuesta en gran parte por alimentos integrales y no procesados y que limite los alimentos inflamatorios puede reducir la inflamación, al tiempo que favorece la salud de los huesos, las articulaciones y los tejidos de su hijo.   

Qué comer  

Estos alimentos promueven el crecimiento y desarrollo saludable y pueden ayudar a bajar la inflamación.  

  • Alimentos ricos en fibra. Muchas investigaciones sugieren que consumir una dieta rica en fibra protege contra la inflamación. "Por lo tanto, en lugar de arroz blanco, pan blanco y refrigerios procesados, opte por variedades de granos integrales de estos alimentos", dice Jennifer Hyland, RDN, parte del Equipo de Apoyo Nutricional Pediátrico de Cleveland Clinic. Algunos buenos ejemplos son la quinoa, las batatas, los frijoles y las lentejas. La fibra también ayuda a los alimentos a pasar por el tubo digestivo, lo cual ayuda a los organismos en crecimiento a retener nutrientes importantes mientras se filtran las toxinas. 
  • Proteína limpia. "La proteína es importante para el crecimiento y desarrollo y para hacer frente a las exigencias adicionales de una enfermedad prolongada", explica Rajat Bhatt, MD, reumatólogo de Houston, Texas. Las proteínas no solo ayudan al sistema inmunitario, sino que también son un elemento clave para la construcción de todos los músculos y tejidos. Si bien las proteínas de origen vegetal, como las legumbres, los frijoles, los guisantes, las lentejas, los frutos secos y las semillas, deberían encabezar la lista, otras buenas fuentes de proteínas son los pescados grasos (por ejemplo, el salmón) y los cortes magros de aves de corral y carne de res alimentada con pasto.  
  • Frutas y vegetales coloridos. En los adultos, los estudios demuestran que las dietas de origen vegetal favorecen la salud y previenen las enfermedades crónicas. Los vegetales de hoja de color verde oscuro ricos en folato son especialmente importantes para los niños que toman metotrexato dado que el medicamento puede provocar carencias de este importante nutriente. De hecho, cuanto más oscuros y coloridos sean los productos, más sustancias químicas contra las enfermedades contienen. Algunos buenos ejemplos son la remolacha, las bayas, los tomates, las cerezas, el brócoli y la col rizada. "Les recomiendo a los padres que incorporen vegetales coloridos en los alimentos que ya están comiendo", dice Hyland. Mézclelos en batidos, métalos en guisos y hornéelos como si fueran papas fritas. Incluso puede cortar los vegetales en cubos y convertirlos en salsas y mezclas para untar. 
  • Hierbas y especias. Muchas hierbas y especias tienen propiedades antiinflamatorias, como el jengibre, la cúrcuma, la canela y el romero, señala Hyland. Un beneficio extra: las hierbas y especias resaltan el sabor de los alimentos, por lo que puede usar menos azúcar y sal. 
  • Alimentos ricos en omega-3. Los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en los pescados grasos, como el salmón, el atún y las sardinas, son saludables para el corazón y antiinflamatorios. Solo hay que prestar atención a las cantidades, ya que todos los tipos de pescado pueden estar contaminados con mercurio, lo que puede ser peligroso para el cerebro en desarrollo, advierte Bhatt. Las fuentes vegetales, entre ellas las nueces y semillas (como el lino, la chía y el cáñamo), contienen ácido alfa-linolénico (ALA) que es un precursor de los ácidos grasos omega-3. El organismo puede convertir los ALA en omega-3, pero no de manera tan eficiente. Si su hijo no come pescado, hable con su médico sobre los suplementos de omega-3, y qué cantidad podría ser necesaria, si lo fuera, para contribuir a su crecimiento y desarrollo.  
  • Alimentos ricos en calcio y vitamina D. El calcio y la vitamina D son nutrientes fundamentales para todos los niños. Si bien ambos nutrientes ayudan a desarrollar huesos fuertes, los estudios sugieren que la vitamina D tiene importantes propiedades de refuerzo del sistema inmunitario. "Muchos niños con artritis necesitan tomar alguna combinación de calcio y vitamina D", señala Costanzo. Esto se aplica especialmente en el caso de los niños que toman corticoesteroides y medicamentos como el metotrexato, que pueden inhibir la absorción del calcio. 

Qué evitar

Los estudios demuestran sistemáticamente que la típica dieta estadounidense, que da prioridad a las carnes procesadas, el azúcar y las papas fritas por encima de las moras y la col rizada, aumenta los procesos inflamatorios en el organismo. Estos son algunos de los principales responsables:  

  • Azúcar. Ya sea que se trate de galletas, pasteles y dulces o de otros agentes responsables de los que no somos conscientes como el pan de "trigo" enriquecido (asegúrese de optar por 100 % trigo integral), el kétchup y el aderezo para ensaladas, el azúcar puede aumentar el nivel de azúcar en sangre y provocar la sobreproliferación bacteriana en el intestino. ¿El resultado? Más inflamación.  
  • Grasas saturadas y trans. Puede encontrar estas grasas en productos animales y en el aceite de coco (saturadas) y en los alimentos manufacturados en forma de aceites parcialmente hidrogenados (trans). Ambos tipos se quedan en el organismo y liberan proteínas inflamatorias al torrente circulatorio. Este es uno de los motivos por los que los planes de dieta populares, incluida la dieta Keto alta en grasas, pueden ser un problema. Las carnes grasas y procesadas y la mantequilla son agentes responsables de primer nivel. En algunos círculos, los expertos siguen sin pronunciarse sobre el aceite de coco, en parte porque esta grasa saturada de origen vegetal está compuesta principalmente por ácidos grasos de cadena media, que el organismo procesa de forma diferente. Pero algunas organizaciones de salud importantes, como la Academia Estadounidense de Dietética y la Asociación Estadounidense del Corazón lo desaconsejan. Por ahora, probablemente sea mejor ir por el lado seguro: úselo con moderación y elija el aceite de oliva saludable para el corazón.  
  • Ingredientes artificiales. Si el sistema inmunitario de su hijo ya está sobrecargado y confundido, no querrá darle otra sustancia irreconocible para digerir. Evite los aceites parcialmente hidrogenados (también codifican las grasas trans), el jarabe de maíz alto en fructosa y los colorantes y endulzantes artificiales, sugiere Bhatt. Mejor aún, evite los alimentos que indican más de cinco o seis ingredientes.  
  • Alimentos carbonizados. Los alimentos que se cocinan a la parrilla, especialmente los cortes grasos de carne y los alimentos que se han carbonizado, tienen más compuestos proinflamatorios. Por lo tanto, en lugar de encender la parrilla para cocinar o ennegrecer sus alimentos favoritos, recurra a su estufa u horno. Asar, cocinar al vapor y hornear son buenas opciones.  

Conclusión 

"Comer de manera saludable debería ser realmente un asunto familiar", destaca Bhatt. "Los padres nunca deberían hacer diferencias con un niño con artritis juvenil dándole una dieta especial o tratándolo de manera diferente".  

Hyland sugiere que la familia siga una dieta de estilo mediterráneo, que incluya aceite de oliva, pescado y proteínas magras, frutas, vegetales, frutos secos y semillas. "Esas dietas son naturalmente ricas en importantes nutrientes que incluyen las vitaminas A y B y los ácidos grasos omega-3", señala. 

Aun así, es importante reconocer que algunos niños con artritis pueden tener diferentes necesidades alimenticias, según los medicamentos que tomen y si tienen intolerancias o alergias alimentarias. Durante los brotes, algunos niños incluso pueden perder el apetito. 

¿Su mejor apuesta? "Trabaje con un dietista para asegurarse de que su hijo cumpla con los requisitos de crecimiento y desarrollo", indica Costanzo. "Y siempre consulte a su médico antes de iniciar un plan de dieta especial que suprima grupos completos de alimentos".

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