Cómo comprender los efectos colaterales y los riesgos de los medicamentos
Los medicamentos para la artritis conllevan riesgos de efectos colaterales. Aprenda a sopesar esos riesgos y los beneficios del tratamiento.
Es comprensible que le inquiete tomar un nuevo medicamento. Es posible que le parezca escuchar tanto sobre los riesgos de los medicamentos como sobre los beneficios. Tomar un medicamento implica un riesgo, incluso en el caso de los medicamentos "más seguros" y de los que se utilizan desde hace mucho tiempo. Lo que se busca es obtener el máximo beneficio haciendo el menor daño posible.
A la hora de decidir si tomar o no un medicamento, no se fíe de la información que aparece en las noticias y los anuncios de medicamentos. Es fundamental que exprese sus preocupaciones a su médico, quien puede hablarle de los posibles beneficios y riesgos específicos para usted.
Aquí lo ayudamos a sentar las bases para estas discusiones, y esperamos que también podamos aliviar algunos de sus temores sobre los efectos colaterales.
Por qué está preocupado
Veamos cuatro razones por las que puede estar preocupado y algunas garantías objetivas.
Los riesgos no están claros. En la lista de efectos colaterales, los problemas comunes y menos graves se agrupan con los poco frecuentes y más graves. Es posible que no sepa cuáles son los más probables de la lista y que suponga lo peor. Por ejemplo, en el caso de los bifosfonatos, un medicamento que se usa para tratar la osteoporosis, la osteonecrosis de la mandíbula y las fracturas atípicas del fémur son dos efectos colaterales poco frecuentes que han generado preocupación.
Puede que le preocupen estos problemas, pero no sabe con certeza qué tan probable es que ocurran.
Recuerde: a veces las cifras no están disponibles, pero otras veces pueden no ser fáciles de entender. Pídale a su médico o farmacéutico que ponga los datos disponibles en contexto para que le queden claros.
Las cifras pueden ser engañosas. La forma en que se presentan las cifras marca la diferencia en su percepción del riesgo. Por ejemplo, el metotrexato, una droga antirreumática modificadora de la enfermedad (DMARD) común para el tratamiento de la artritis reumatoide (AR) y la artritis juvenil, se asocia a un riesgo de infección grave del 3%, lo que significa que 3 de cada 100 personas tratadas con el medicamento durante un año contraen una infección grave. Si al metotrexato se le añade un medicamento biológico, concretamente un inhibidor del FNT-alfa, el riesgo aumenta al 5%, lo que significa que 5 de cada 100 personas tratadas con ambos medicamentos contraen una infección grave.
Esto se puede expresar en términos de riesgo relativo: "un aumento del 60% en el riesgo de una infección grave", o se puede expresar como riesgo absoluto: "2 de cada 100 personas adicionales, o el 2%, desarrolla una infección grave". El primer ejemplo es más intimidante.
Recuerde: el mero hecho de saber que existe un "riesgo significativamente mayor de infección" no le da el contexto que necesita. Entender las cifras y hablar con su médico sobre sus preocupaciones puede aliviar sus temores. Puede llevarlo a optar por aumentar el riesgo de infección, ya que un enfoque de tratamiento más agresivo podría ser determinante para acabar con el dolor y evitar la deformación de las articulaciones.
El medicamento parece peor que la enfermedad. En el caso de muchos efectos colaterales graves, no está claro qué papel desempeña exactamente el medicamento. A veces, la propia enfermedad pone a la persona en riesgo de sufrir ciertos problemas, y una enfermedad más grave equivale a un mayor riesgo. La AR aumenta el riesgo de infecciones graves, incluidas las que requieren hospitalización, por lo que es difícil determinar en qué medida los productos biológicos pueden aumentar el riesgo.
La edad, otros problemas de salud y otros medicamentos también pueden aumentar el riesgo de tener ciertos efectos colaterales. Según algunos estudios, tener diabetes, una enfermedad pulmonar crónica o tomar corticoesteroides también empeora el riesgo de infección grave en las personas que toman agentes biológicos.
Recuerde: aunque los efectos colaterales poco frecuentes pueden deberse a los medicamentos, los médicos e investigadores no saben si existe realmente una asociación causal.
Los medicamentos más nuevos presentan más riesgos. Con el tiempo, la Administración de Alimentos y Medicamentos introdujo cambios en su programa de seguridad de los medicamentos con la intención de informar mejor a los consumidores sobre los posibles riesgos. Algunos de estos cambios fueron posibles gracias a la legislación de 2007 mediante la cual se autorizó un control de seguridad más riguroso. Como resultado, los medicamentos más nuevos pueden presentar más efectos colaterales que los más antiguos, pero eso no significa que los nuevos medicamentos sean más peligrosos.
Por ejemplo, algunas personas con AR han desarrollado una leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP) al tomar el medicamento biológico rituximab (Rituxan). Se calcula que el riesgo es de aproximadamente 3 de cada 100,000. Sin embargo, la misma cantidad de personas con lupus ha desarrollado LMP y nunca ha tomado productos biológicos, pero las trataron con ciclofosfamida, un medicamento para tratar enfermedades renales y otras afecciones.
La aparición de LMP con rituximab hizo que se incluyera un recuadro negro con una advertencia en el envase debido a la forma en que se informan ahora los efectos colaterales a la FDA. La ciclofosfamida, un medicamento más antiguo y anterior a los nuevos procedimientos de notificación de seguridad, no lleva la advertencia, aunque es posible que también haya provocado la aparición de LMP en los pacientes.
Recuerde: la incertidumbre que rodea a los efectos colaterales es la misma, aunque pueda parecer que los medicamentos más nuevos se asocian a efectos colaterales poco frecuentes más a menudo debido a la forma en que se informan.
Tome medidas para reducir los riesgos
El simple hecho de que un medicamento implique ciertos riesgos no significa que no se pueda hacer nada al respecto. Muchos efectos colaterales graves pueden reducirse o prevenirse con estrategias inteligentes y la colaboración entre usted y su médico.
A menudo, con unos simples análisis de laboratorio y exámenes se pueden detectar los primeros signos de un problema, de modo que se pueden tomar medidas para evitarlo o minimizarlo.
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Hágase pruebas del hígado. Dado que el metotrexato puede afectar al hígado, en las pautas de tratamiento para la AR se recomienda hacerse pruebas para detectar problemas hepáticos antes de empezar a tomar el metotrexato y con regularidad mientras se toma. Para reducir el riesgo de problemas hepáticos, hable también con su médico sobre la posibilidad de tomar suplementos de ácido fólico.
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Evalúe la disminución de masa ósea. La osteoporosis es un riesgo importante del uso prolongado de corticoesteroides. En las pautas se recomienda evaluar el riesgo total de disminución de masa ósea (por todas las causas, incluidos los corticoesteroides) y controlar la densidad mineral ósea cuando se utilizan corticoesteroides durante tres meses o más.
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Acuda a un dermatólogo. Las personas que toman productos biológicos deben acudir a un dermatólogo al menos una vez al año para que les haga un examen exhaustivo debido al mayor riesgo de padecer cáncer de piel.
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Esté atento a las infecciones. Para ayudar a reducir el riesgo de infecciones graves cuando se toman medicamentos inmunodepresores, asegúrese de estar al día con todas las vacunas recomendadas. Procure informar de cualquier cosa que vaya más allá de los mocos, ya que el tratamiento temprano de las infecciones de las vías respiratorias puede ayudar a prevenir un problema más grave que requiera hospitalización.
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Conozca las dosis seguras. Si usa analgésicos, sepa qué dosis es segura para usted y cómo reconocer el acetaminofén como ingrediente.
Hable abiertamente con su médico
Hasta el paciente más informado se preocupa por empezar un nuevo medicamento o por continuar con una terapia que le causa efectos colaterales molestos. Si le cuenta a su médico lo que le preocupa y por qué, podrá empezar a analizar lo que es importante para usted y desde el punto de vista médico para crear un plan de tratamiento.
Si, después de una conversación sincera con su médico, decide que no quiere seguir tomando medicamentos recetados para su afección, asegúrese de decírselo. Dejar de tomarlos de forma repentina puede tener sus propios efectos colaterales, y es importante que tome la decisión bien informado sobre lo que la enfermedad puede hacerle a su cuerpo con el tiempo si no hace un tratamiento.
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