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Pruebas para diagnosticar y controlar la artritis juvenil

Los análisis de sangre y las pruebas de diagnóstico por imágenes ayudan a los médicos a encontrar el origen del dolor articular en los niños.

Por Stephanie Watson | 17 de junio de 2022

El dolor articular en los niños puede tener varias causas posibles, que incluyen lesiones y sobreexigencia como resultado de los deportes u otras actividades. Pero si su hijo ha presentado hinchazón, rigidez y dolor durante algunas semanas y usted ve que estos síntomas no tienen una causa obvia, es hora de visitar a un pediatra o reumatólogo pediátrico.

La forma más común de artritis juvenil (AJ) es la artritis idiopática juvenil (AIJ), y existen varios subtipos que pueden presentar diversos síntomas y tener distintos efectos, incluso algunos que exceden las articulaciones. Estos van desde la cantidad de articulaciones afectadas hasta si se han producido daños en la piel. No existe una única prueba que pueda detectar la AIJ. Para realizar un diagnóstico, el médico hará preguntas, examinará a su hijo y le indicará algunas pruebas con el fin de descartar otras enfermedades que presentan síntomas similares, como las infecciones, la enfermedad de Lyme o el lupus.

El examen

Una combinación de exámenes y pruebas puede ayudar al médico a determinar si su hijo padece artritis y, de ser así, de qué tipo.

El proceso comienza con la historia clínica. El médico le hará preguntas sobre los síntomas de su hijo, incluso cuándo comenzaron. Algunos de los síntomas de la AIJ pueden no ser obvios, por eso es importante que le diga al médico si su hijo:

  • siente rigidez por la mañana al despertarse;
  • evita algunas actividades por el dolor articular;
  • renguea;
  • tiene dificultades con las habilidades motoras finas, como escribir con un lápiz;
  • ha tenido fiebre;
  • presenta articulaciones hinchadas.

El médico también puede preguntarle si algún otro integrante de su familia padece artritis inflamatoria. Esta enfermedad tiende a ser hereditaria.

Durante el examen físico, el médico puede:

  • revisar las articulaciones de su hijo para detectar hinchazón y dolor;
  • evaluar si existen problemas relacionados con el movimiento;
  • palpar los nódulos linfáticos (glándulas) y el estómago para detectar hinchazón o dolor;
  • iluminar los ojos de su hijo con una luz para detectar problemas oculares;
  • revisar la piel de su hijo para detectar erupciones u otras anomalías.

La AIJ y, a veces, sus tratamientos pueden provocar una inflamación ocular llamada uveítis y otros problemas en los ojos. Los niños deben someterse a exámenes oculares regulares realizados por un oftalmólogo, quien utilizará una lámpara de hendidura para detectar signos de inflamación.

Pruebas de laboratorio

Estas pruebas ayudan al médico de su hijo a confirmar el diagnóstico y a descartar otras enfermermedades que presentan síntomas similares.

Índice de sedimentación eritrocitaria (ISE) y proteína C reactiva (PCR)

La AIJ es una enfermedad inflamatoria. Tanto el índice de sedimentación eritrocitaria (ISE) como las pruebas de proteína C reactiva (PCR) detectan la inflamación en el cuerpo. El ISE mide la rapidez con la que los glóbulos rojos (eritrocitos) se depositan en el fondo de un tubo de ensayo que contiene una muestra de sangre. Cuanto mayor sea el índice de sedimentación, mayor será la inflamación en el cuerpo de su hijo. La proteína C reactiva (PCR) es una sustancia que libera el hígado cuando hay inflamación en el cuerpo. Estas pruebas no proporcionan un diagnóstico definitivo de la AIJ porque las infecciones y otras enfermedades también pueden causar inflamación. Pero al menos pueden señalar el problema. Los médicos también usan estas pruebas para controlar la respuesta de los niños al tratamiento.

Pruebas de anticuerpos

Los anticuerpos son proteínas que produce el cuerpo para protegernos contra los gérmenes y otros invasores. Hacer pruebas de ciertos anticuerpos ayuda a los médicos a diagnosticar la AIJ. Los anticuerpos antinucleares (ANA) solo se encuentran en la sangre de las personas que padecen enfermedades autoinmunes como la artritis. Los niños con pruebas de ANA positivas presentan mayor riesgo de inflamación ocular y deben ver a un oftalmólogo.

Factor reumatoide (FR)

El factor reumatoide (FR) es un anticuerpo que se encuentra en la sangre de las personas con artritis reumotoide y otras enfermedades reumatoides. Un análisis de sangre de FR puede mostrar si un niño con AIJ poliarticular, que afecta cinco articulaciones o más, tiene este anticuerpo (FR positivo) o no (FR negativo). Los casos de AIJ que son FR negativos se denominan «seronegativos», lo que indica que el marcador sanguíneo de inflamación, FR, no está presente.

Antipéptido cíclico citrulinado (anti-PCC)

Esta prueba busca detectar los anticuerpos péptidos cíclicos citrulinados (PCC) en la sangre. Estos anticuerpos son un signo de artritis reumatoide. En los niños, pueden indicar que la artritis es más grave.

Antígeno leucocitario humano B27

El HLA-B27 es una proteína que se encuentra en la superficie de los glóbulos blancos. Ayuda al sistema inmunitario a diferenciar las células sanas de las extrañas. Algunos niños con pruebas de HLA-B27 positivas tienen AIJ relacionada con entesitis, lo que significa que está afectado el sitio donde el cartílago se une al hueso en la articulación.

Otros análisis de sangre

El médico también podría realizar un hemograma completo (CBC) u otros análisis de sangre para verificar la cantidad de glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. Las personas con artritis inflamatoria suelen tener niveles bajos de glóbulos rojos, una enfermedad llamada «anemia». Una cantidad elevada de glóbulos blancos es un signo de infección. También se pueden realizar análisis de sangre para verificar la función hepática y renal antes y después de que los niños comiencen a tomar medicamentos, ya que algunos tratamientos para la AIJ pueden dañar estos órganos.

Análisis de orina

Estos análisis controlan qué tan bien funcionan los riñones. La presencia de sangre o proteína en la orina es un signo de que estos órganos no funcionan correctamente.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Estas pruebas le permiten al médico ver las articulaciones de su hijo para detectar signos de daño causado por la AIJ. Las pruebas de diagnóstico por imágenes también son útiles una vez que el niño ha comenzado el tratamiento, ya que permiten determinar si el medicamento que toma contribuye a retardar el daño articular.

Radiografía. Esta prueba utiliza una pequeña cantidad de radiación para crear imágenes de las articulaciones y otras estructuras internas del cuerpo. Es posible que sea la primera prueba que realice el médico, ya que puede mostrar signos de infección o lesión, y permite descartar estos problemas. Posteriormente, una radiografía puede revelar signos de daño articular.

Ecografía. Esta técnica de diagnóstico por imágenes utiliza ondas sonoras en lugar de radiación para producir imágenes del interior del cuerpo. Es más sensible que las radiografías para detectar la inflamación y el daño articular en las primeras etapas del curso de la enfermedad.

Tomografía computarizada (TC). La tomografía computarizada (TC) toma una serie de radiografías de diversos ángulos y los combina en una imagen transversal. Una tomografía computarizada puede mostrar los huesos con mayor detalle que una radiografía.

Resonancia magnética. Esta técnica de diagnóstico por imágenes utiliza imanes potentes y una computadora para tomar imágenes de los órganos y tejidos. Una resonancia magnética puede revelar inflamación y descartar otras enfermedades, como fracturas o infecciones.

Control del progreso de su hijo

Una vez que su hijo haya sido diagnosticado y haya comenzado el tratamiento, el médico lo controlará a intervalos regulares para verificar que el tratamiento esté funcionando y para asegurarse de que su artritis no empeore. Estas visitas pueden incluir un examen articular y, posiblemente, análisis de sangre y pruebas de diagnóstico por imágenes.

Si el daño articular avanza o su hijo presenta efectos colaterales debido al tratamiento, el médico podría aumentar o disminuir la dosis del medicamento, cambiarlo o agregar otro. Debido a que los medicamentos como el metotrexato, los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) y los productos biológicos pueden ser perjudiciales para el hígado y los riñones, los niños que reciben estos tratamientos necesitarán análisis de sangre y orina regulares para detectar daños hepáticos y renales.

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