EN

La artritis reumatoide aumenta el riesgo de contraer culebrilla

Los adultos mayores con AR tienen más probabilidades de desarrollar esta infección viral si tuvieron varicela.

Actualizado por Linda Rath | 7 de abril de 2023

Los adultos mayores con artritis reumatoide (AR) tienen un mayor riesgo de desarrollar culebrilla, un virus relacionado con la varicela que causa dolor y una erupción con ampollas.

La mayoría de los adultos han estado expuestos al virus de la varicela zóster, que causa varicela. Este virus nunca es eliminado por completo de nuestros cuerpos, sino que permanece sigiloso en las células nerviosas espinales. Si se reactiva, provoca culebrilla, explica el Dr. Jeffrey Curtis, reumatólogo y epidemiólogo de la Universidad de Alabama en Birmingham. El virus reactivado se denomina herpes zóster o culebrilla.

La culebrilla suele comenzar como una sensación de ardor, hormigueo o picazón en un área limitada de un lado del cuerpo. Días o semanas más tarde, aparecen unas ampollas llenas de líquido, a menudo en una sola franja que rodea el torso, aunque la culebrilla también puede afectar el rostro y los ojos. El dolor puede ser relativamente leve o tan intenso que incluso un suave roce puede ser insoportable.

"A medida que envejecemos, nuestros sistemas inmunitarios no son tan eficaces para protegernos de la infección, y esto facilita que el virus de la culebrilla se 'escape' y se reactive", explica el Dr. Curtis, quien señala que la culebrilla es más común en las personas mayores de 60 años. "Si tienes AR, tu sistema inmunitario ya está desordenado, y si te recetan medicamentos que afectan aún más tus defensas inmunitarias, es aún más probable que el virus se reactive".

Los medicamentos para la AR y el riesgo de contraer culebrilla

Muchos medicamentos para la AR suprimen el sistema inmunitario y pueden aumentar el riesgo de desarrollar culebrilla. La asociación más clara se ve con los corticoesteroides, señala Kevin Winthrop, MD, MPH, profesor de enfermedades infecciones, oftalmología y salud pública de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon en Portland.

"Casi todos los estudios indican que usar prednisona a las dosis comúnmente recetadas para la AR [10 mg/día] duplica el riesgo de desarrollar culebrilla", afirma. 

Estudios recientes informaron riesgos aún mayores con otros medicamentos para la AR. Un estudio publicado en The BMJ en 2022 analizó los datos de salud de 14,000 pacientes entre 2007 y 2020. Todos tenían AR y fueron tratados con diversos medicamentos, incluidos inhibidores de JAK como tofacitinib (Xeljanz) y baricitinib (Olumiant); medicamentos biológicos que incluyeron bloqueadores del factor de necrosis tumoral (TNF) como adalimumab (Humira), terapias dirigidas a las células B como rituximab (Rituxan), inhibidores de la interleucina (IL)-6 como tocilizumab (Actemra); y medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD) convencionales como el metotrexato. El estudio determinó que los pacientes que recibieron inhibidores de JAK tuvieron casi cuatro veces más probabilidades de contraer culebrilla en comparación con los que tomaron DMARD convencionales. Los medicamentos biológicos también conllevaron un riesgo significativamente mayor.

Tratamiento

Comenzar el tratamiento con medicamentos antivirales no más de tres días después del inicio de la erupción suele resolver los síntomas en pocas semanas. La decisión de usar medicamentos antivirales depende de la edad de la persona, dónde y durante cuánto tiempo tuvo culebrilla, y la posibilidad de complicaciones.

Un análisis de 21 estudios controlados aleatorizados determinó que la acupuntura redujo el dolor y eliminó las ampollas y las costras de la culebrilla mejor que los antivirales, y al mismo tiempo redujo el riesgo de complicaciones un 83%.
No obstante, el virus suele resolverse solo en tres a cinco semanas sin ningún tratamiento, aunque las probabilidades de complicaciones pueden ser mayores. Los expertos indican que tener AR no parece aumentar la gravedad del virus ni sus complicaciones.  

Complicaciones

La complicación más común y temida de la culebrilla es una enfermedad que provoca dolor crónico, llamada neuralgia posherpética (NPH), la cual se desarrolla en aproximadamente el 10% al 15% de los adultos mayores que tuvieron culebrilla. La NPH suele mejorar gradualmente, pero a veces pueder durar años.

Otras posibles complicaciones incluyen la inflamación del ojo o la retina, que puede causar dolor y pérdida de visión, y la inflamación del oído, que puede provocar pérdida de audición o debilidad facial en el lado afectado.

Un aumento del riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (que ya es elevado en las personas con AR) es otra posible complicación de la culebrilla. El riesgo parece durar al menos un año después de la infección, lo que llevó a los autores de un gran estudio de 2022 a informar que las proteínas inducidas por el virus y las plaquetas activadas pueden contribuir al riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Recomiendan agregar una terapia antiplaquetaria al tratamiento estándar para la culebrilla. 

Prevención

Una manera de prevenir la culebrilla es vacunarse contra el virus con Shingrix, una versión más segura y eficaz de una vacuna más vieja contra la culebrilla llamada Zostavax, que ya no está disponible en los Estados Unidos. Shingrix contiene el virus vivo debilitado. Está aprobada para personas de más de 50 años y para adultos más jóvenes mayores de 19 años inmunodeprimidos. Shingrix es la primera vacuna contra la culebrilla aprobada para personas inmunodeprimidas. 

Tenga presente que puede contagiar el virus a personas que no hayan tenido varicela o que no hayan recibido la vacuna si están expuestas a las ampollas llenas de líquido. Mientras la erupción esté activa, tenga cuidado al estar cerca de niños, adultos mayores y cualquier persona inmunodeprimida, incluidas las personas con AR.

Manténgase informado. Viva en el sí.

Participe en la comunidad de la artritis. Cuéntenos un poco acerca de usted y, de acuerdo a sus intereses, recibirá correos electrónicos con la información más reciente y los recursos necesarios para vivir una vida plena y para conectarse con otras personas.