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Cinco formas de aliviar el dolor

Controle el dolor cambiando su forma de experimentarlo.

Por Linda Rath

Los cambios físicos, cognitivos y de conducta son necesarios para mejorar el dolor crónico, y algunas clínicas para el dolor, como el Centro de Rehabilitación del Dolor de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, y el Programa de Rehabilitación del Dolor Crónico de la Clínica Cleveland en Ohio, proporcionan esa clase de ayuda. No obstante, el precio de un programa para pacientes ambulatorios de tres o cuatro semanas en alguna de estas clínicas puede ascender a $40,000 y muy pocas veces es cubierto por el seguro. Incluso programas que no son tan conocidos pueden costar miles de dólares. Puede probar las siguientes técnicas por su cuenta para aliviar el dolor cambiando su forma de experimentarlo.

  • Preste atención a la frecuencia con la que habla y piensa en el dolor o se involucra en comportamientos que le causan dolor, por ejemplo, gesticular, suspirar y agrrar la zona dolorida, como un dolor de espalda. Estas son respuestas normales e instintivas, pero suelen volverse habituales en el dolor crónico, lo que refuerza la noción del cerebro de que algo anda mal. Lleva mucho esfuerzo, pero aprender a controlar cómo piensa, habla y actúa respecto del dolor es importante para controlarlo. Un consejo del Instituto para el Dolor Crónico: cuando se descubra involucrado en un comportamiento que le causa dolor, respire profundo y deje que su cuerpo se relaje por uno o dos minutos. Esto le dará una sensación de control porque está eligiendo una acción que le sirve en lugar de hacer instintivamente algo que no.

  • Préstele atención a sus emociones. Si experimenta ansiedad, depresión o ambas, pídale a su médico que lo derive a un terapeuta del comportamiento cognitivo. Este tipo de terapia puede ayudarlo a reconocer y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos, con frecuencia en apenas unas pocas sesiones, y posiblemente su seguro cubra este tratamiento.
     
  • Haga hincapié en el ejercicio. Los pacientes con dolor crónico suelen dejar de moverse porque tienen miedo de que esto les cause mayor dolor. Un regreso gradual a la actividad puede disminuir su temor y ayudarlo a renovar el interés en las cosas que le dan valor y significado a su vida, dice Sperry.
     
  • Meditar. Los estudios han demostrado que la meditación de atención plena, la atención tranquila y no crítica en el momento presente, alivia significativamente el dolor al reencaminar las vías del dolor normales.
     
  • Recuerde su objetivo. Tal vez no sea posible liberarse completamente del dolor crónico, pero usted tiene el poder para cambiar la manera en que lo percibe. Y eso puede cambiar cómo vive su vida.

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