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Polimialgia reumática

La polimialgia reumática es una enfermedad inflamatoria que se observa más comúnmente en adultos de la tercera edad y, por lo general, provoca dolor y rigidez en los hombros y la parte superior de la espalda o el área de la cadera. 

La polimialgia reumática (PMR) es un trastorno inflamatorio que causa dolor generalizado, rigidez y síntomas similares a la gripe. Es más común en las mujeres que en los hombres, y se observa con mayor frecuencia en los caucásicos que en otras razas. Suele desarrollarse cerca de los 70 años y es muy infrecuente en personas menores de 50 años. La PMR puede durar entre uno y cinco años, pero esto varía de una persona a otra. Aproximadamente el 15% de las personas con PMR desarrollan una enfermedad potencialmente peligrosa llamada arteritis de células gigantes.

Causas

La causa de la PMR es incierta, pero se cree que es una enfermedad autoinmune en la que el propio sistema inmunitario del cuerpo ataca los tejidos sanos. Se cree que los factores genéticos y ambientales (como las infecciones) tienen un rol importante. Dado que es infrecuente en personas menores de 50 años, su causa podría estar asociada con el proceso de envejecimiento. 
 

Síntomas

Los síntomas de la PMR son ocasionados por la inflamación de las articulaciones y los tejidos circundantes. Los síntomas pueden comenzar de manera lenta o repentina. La rigidez suele ser peor por la mañana y durante largos períodos de inactividad. A veces, el dolor y la rigidez pueden hacer que la persona deje de usar algunas partes del cuerpo, lo cual puede generar debilidad muscular. La mayoría de las personas con PMR tienen dolor y rigidez en al menos dos de las siguientes zonas:

  • Glúteos.
  • Caderas.
  • Cuello
  • Muslos
  • Parte superior de los brazos y hombros.

Otros síntomas de la PMR incluyen:

  • Fatiga
  • Fiebre
  • Falta de apetito.
  • Adelgazamiento

La PMR también puede producirse con otra enfermedad grave llamada arteritis de células gigantes (también conocida como arteritis temporal), que puede ser peligrosa. La aparición de dolores de cabeza persistentes (en particular en el costado de la cabeza), la sensiblidad en el cuero cabelludo, los cambios en la vista o el dolor de mandíbula al comer pueden ser signos de esta enfermedad.
 

Diagnóstico

El médico hará preguntas sobre los síntomas y los antecedentes médicos y realizará un examen físico. Se realizarán análisis de sangre para evaluar los niveles de inflamación y para descartar otras enfermedades que causan síntomas similares a los de la PMR, como la artritis reumatoide y el lupus.
Los análisis de sangre pueden incluir lo siguiente:

  • Antipéptido cíclico citrulinado (anti-PCC)
  • Anticuerpo antinuclear (ANA)
  • Hemograma completo
  • Proteína C reactiva (PCR)
  • Índice de sedimentación eritrocitaria (ISE)
  • Factor reumatoide (FR)

Tratamiento

El tratamiento de la PMR se centra en reducir el dolor y la inflamación y aliviar la rigidez, el dolor, la fatiga y la fiebre. El tratamiento incluye tomar medicamentos antiinflamatorios y hacer ejercicio.

Los corticoesteroides son medicamentos antiinflamatorios potentes que ayudan a reducir la inflamación y aliviar la rigidez y el dolor. Son el pilar del tratamiento de la PMR. La dosis para la PMR es baja y los síntomas mejorarán rápidamente con el tratamiento. La dosis se disminuirá aún más una vez que los síntomas mejoren.

En algunas ocasiones, los casos leves de PMR se tratan con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID), como ibuprofeno y naproxeno, para aliviar los síntomas.

Tanto el ejercicio como el descanso tienen una función importante en el tratamiento de la PMR. El ejercicio regular es esencial para mantener la flexibilidad articular, la fuerza muscular y la función. Las buenas formas de ejercicio incluyen caminar, andar en bicicleta fija y ejercitar en una piscina. El descanso también es necesario para darle al cuerpo tiempo para recuperarse del ejercicio y otras actividades.

Autocuidados

Con tratamiento, los síntomas de PMR suelen disminuir o desaparecer en unos días. Sin tratamiento, pueden desaparecer después de un año, pero también podrían tardar hasta cinco años o más. La alimentación adecuada, la actividad, el descanso y seguir los regímenes de medicamentos son importantes para controlar la enfermedad. Una vez que la rigidez desaparece, la persona puede retomar sus actividades diarias, incluso el ejercicio, si lo tolera.

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