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Polimialgia reumática

Esta afección relacionada con la artritis es casi tan común como la artritis reumatoide, pero mucho menos conocida.

Por Linda Rath | 13 de septiembre de 2024 

La polimialgia reumática (PMR) es una forma de artritis inflamatoria que afecta principalmente los hombros, los brazos, las caderas y la parte baja de la espalda. Síntomas como el dolor y la rigidez suelen aparecer repentinamente, a veces literalmente de la noche a la mañana, pero también pueden desarrollarse en el transcurso de unos días o semanas. En general aparecen en ambos lados del cuerpo, empeoran por la mañana o después de descansar y mejoran con el movimiento. A algunas personas les resulta difícil levantarse de la cama o vestirse por el dolor matutino y la rigidez. Alrededor de un tercio de los pacientes también desarrollan síntomas sistémicos como fiebre, fatiga y pérdida de peso involuntaria. A diferencia de otros tipos de artritis, la PMR no causa inflamación en las articulaciones, lo que dificulta su diagnóstico.

¿Quién tiene más riesgo?

Estos factores aumentan el riesgo de desarrollar PMR:
  • Edad. La PMR rara vez afecta a alguien menor de 50 años, aunque no está del todo claro por qué. La edad promedio en el momento del diagnóstico es de 70 años. 
  • Sexo. Al igual que con muchas enfermedades reumáticas, las personas asignadas al sexo femenino al nacer tienen más del doble de probabilidades de desarrollar PMR que las personas asignadas al sexo masculino. Eso puede deberse en parte a los cambios en los niveles hormonales, pero probablemente esa no sea la única explicación.
  • Raza. La PMR es más común en personas blancas que viven en países escandinavos y en personas con ascendencia del norte de Europa.  Es rara en otras razas y etnias. 
  • Arteritis de células gigantes (ACG). Se estima que el 10% o más de las personas con PMR también desarrollan una afección potencialmente grave llamada arteritis de células gigantes, que es la inflamación de los vasos sanguíneos de la cabeza, especialmente las sienes. Puede causar dolores de cabeza intensos y persistentes, y dolor de mandíbula. La ACG no tratada puede provocar pérdida de la visión o accidente cerebrovascular. Alrededor de la mitad de las personas con arteritis de células gigantes también tienen PMR. Las dos afecciones tienen mucho en común, incluidos los mismos factores de riesgo, variaciones genéticas y tratamiento.
¿Cuáles son las causas de la PMR?

Los expertos creen que muchas enfermedades reumáticas son desencadenadas por algo del entorno, como una infección viral, en personas que tienen ciertos genes que las hacen vulnerables. Por ejemplo, la familia de genes HLA-DR4 está asociada con la inflamación de las articulaciones en la artritis reumatoide (AR) y puede estar involucrada en algunos casos de PMR, pero parece variar entre diferentes grupos de personas. El vínculo genético es más fuerte en quienes tienen tanto PMR como arteritis de células gigantes.

Algunos de los factores que se cree que desencadenan la PMR incluyen una reacción a la vacuna contra la gripe estacional y, posiblemente, a la vacuna contra el COVID-19, aunque el vínculo con la vacunación contra el COVID está en discusión. Unas pocas personas han desarrollado PMR después de determinados tratamientos contra el cáncer.

Parece existir una asociación más fuerte entre la PMR y la diverticulitis, es decir, la inflamación de las bolsas que se forman en el intestino grueso, por lo que podría tener algo que ver con un desequilibrio en el microbioma, que también está relacionado con muchas otras enfermedades reumáticas.

¿Cómo se diagnostica la PMR? 

Las pautas para diagnosticar la PMR generalmente incluyen los siguientes factores:
  • Aparición repentina de rigidez matutina que dura más de 45 minutos 
  • Inflamación en uno o ambos hombros y cadera, pero no en otras articulaciones. (Esto la diferencia de la artritis reumatoide, que tiende a desarrollarse en articulaciones pequeñas de las manos, muñecas y pies).
  • Edad superior a 50 años
  • Análisis de sangre que no muestran el factor reumatoide (FR) ni los autoanticuerpos contra la proteína citrulinada (ACPA). (Estos son comunes en la artritis reumatoide).
  • Análisis de sangre que muestran que la inflamación es alta, ya sea proteína C reactiva (PCR) o índice de sedimentación eritrocitaria (ISE), aunque estos también pueden registrarse en personas sanas.
La PMR es difícil de diagnosticar porque muchas otras afecciones tienen síntomas similares. Los médicos suelen utilizar las imágenes ecográficas para ayudar a precisar un diagnóstico. Otra forma de confirmar que se trata de PMR en lugar de, por ejemplo, artrosis (OA) es comenzar un tratamiento con el corticoesteroide prednisona. La PMR casi siempre mejora con prednisona en unos pocos días. Sin embargo, la prednisona puede tener efectos colaterales graves, por lo que solo debe probarse cuando el diagnóstico sea claramente PMR y después de analizar en forma exhaustiva los pros y los contras de la prednisona con el médico.

¿Cómo se trata?

El tratamiento estándar para la PMR siempre ha sido un tratamiento prolongado con un corticoesteroide, como la prednisona, porque reduce rápidamente el dolor y la inflamación. El problema es que el tratamiento completo de la PMR puede requerir la toma de esteroides durante dos años o más. Y aun así, los síntomas pueden reaparecer.

En 2015, se publicaron pautas para el manejo de la PMR que recomendaban cronogramas sumamente individualizados para la dosificación y la disminución gradual. 

Es fundamental que en algún momento los pacientes dejen de usar esteroides como la prednisona, porque cuanto más tiempo sigan tomándolos, más probable es que se produzcan efectos colaterales. El uso de esteroides puede aumentar el riesgo de infecciones, adelgazamiento de los huesos y fracturas, cambios de humor, problemas de memoria, diabetes, presión arterial alta, glaucoma, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. 

El proceso de abandono del medicamento debe ser lento y cuidadoso. Dejar de tomarlo demasiado rápido puede provocar síntomas de abstinencia y un resurgimiento de los síntomas. El objetivo es reducir la dosis original a unos 10 mg en el primer mes o dos, luego bajarla otros 1 mg cada mes y mantenerla lo más baja posible hasta que el paciente alcance la remisión completa, normalmente en uno o dos años.

Debido a que los corticoesteroides representan graves riesgos para la salud y al menos un tercio de los pacientes con PMR que los toman recaen, los investigadores buscan constantemente mejores terapias. El primero de ellos, un medicamento biológico llamado sarilumab (Kevzara), fue aprobado por la FDA en 2023 para personas con PMR que no obtienen suficiente alivio con los esteroides. El sarilumab se denomina "bloqueador de la interleucina-6" (IL-6) debido a la forma en que actúa en el sistema inmunitario. Otro bloqueador de la IL-6, el tocilizumab (Actemra), está aprobado para la arteritis de células gigantes.

¿Qué debo tener en cuenta?

Muchas personas con PMR pueden dejar de tomar el medicamento después de uno o dos años y no presentar síntomas, pero otras pueden necesitar tratamiento de por vida para prevenir recaídas. Para minimizar los riesgos asociados con el tratamiento:
  • Asegúrese de entender en profundidad los riesgos y beneficios de los corticoesteroides. La PMR leve a veces desaparece por sí sola, así que analice esta posibilidad con su proveedor de atención médica.
  • Durante todo el tiempo que tome un corticoesteroide, debe ser monitoreado atentamente para detectar posibles efectos colaterales. Esté atento a los cambios e infórmeselos inmediatamente a su médico. 
  • Pregúntele a su médico si puede tomar suplementos de calcio y vitamina D mientras toma esteroides para ayudar a prevenir la pérdida ósea y reducir el riesgo de fracturas. Algunas personas pierden entre el 10% y el 20% de su masa ósea en los primeros seis meses de tratamiento con corticoesteroides.
  • Haga mucho ejercicio con regularidad para preservar la fuerza y la flexibilidad y contrarrestar algunos de los efectos colaterales del tratamiento.
  • Haga hincapié en una dieta saludable y antiinflamatoria y en un sueño reparador.
  • Los corticoesteroides pueden afectar la memoria y el estado de ánimo; sepa cómo contrarrestar estos problemas con técnicas de respiración profunda, meditación u otros métodos saludables para aliviar el estrés que le funcionen.

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