¿Tiene dolor de espalda? Averigüe si es artrosis o espondiloartritis axial

14 de septiembre de 2022

El dolor de espalda es una de las molestias más frecuentes que los pacientes manifiestan a los médicos especializados en artritis. Pero descifrar el origen del dolor puede ser complicado, porque existen muchas causas para el dolor de espalda. En muchos casos, puede resolverse por sí solo. En otros casos, puede ser serio y requerir un tratamiento temprano para evitar que empeore.

La espondiloartritis axial (EaAx) y la artrosis son dos tipos de artritis que contribuyen al dolor de espalda.

La artrosis es una enfermedad de las articulaciones que empeora con el tiempo. Puede afectar cualquier articulación, pero cuando se produce en la espalda, afecta las articulaciones de la columna, llamadas articulaciones facetarias, y puede contribuir al dolor. La artrosis suele afectar más las articulaciones facetarias de la parte inferior de la espalda (lumbares) que las de la parte superior. En la artrosis, el cartílago (un tejido flexible que cubre los extremos de las articulaciones) puede dañarse, y pueden desarrollarse bultos óseos (espolones) alrededor de las articulaciones afectadas. En la parte inferior de la espalda, la artrosis suele combinarse con una discopatía degenerativa (cambios en los discos "amortiguadores" intervertebrales), inflamación de las raíces nerviosas y/o espasmos musculares, lo cual genera una lumbalgia mecánica. En la mayoría de los casos, la artrosis se diagnostica fácilmente observando los cambios en las articulaciones mediante una radiografía o resonancia magnética.

La EaAx es una forma de artritis inflamatoria autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario del cuerpo no funciona adecuadamente y ataca sus propios tejidos. En la EaAx, se produce una inflamación en la región donde los tendones se conectan al hueso (llamada entesitis) y donde la columna se conecta con las articulaciones de la cadera, llamadas articulaciones sacroilíacas. El dolor articular, la hinchazón y la fatiga son síntomas comunes de la EaAx, y la inflamación también puede afectar otras partes del cuerpo. Otras enfermedades pueden acompañar la EaAx, como la psoriasis (que afecta la piel, el cuero cabelludo y/o las uñas), la uveítis (una enfermedad ocular) y la enfermedad intestinal inflamatoria (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn).

Existen dos subgrupos de EaAx, que se distinguen por las pruebas de diagnóstico por imágenes utilizadas para diagnosticarlas:

• En la espondilitis anquilosante (EA), los cambios en las articulaciones sacroilíacas pueden observarse en una radiografía común.
• En la espondiloartritis axial no radiográfica (EsAx-nr), las radiografías de las articulaciones sacroilíacas son normales o muestran solo cambios leves, pero una resonancia magnética suele revelar cambios. Algunos casos de EsAx-nr pueden avanzar y convertirse en EA, pero no todos.

Dado que la EaAx (en especial la EsAx-nr), no es fácil de detectar y sus síntomas son similares a los de otras enfermedades, puede ser difícil diagnosticarla. De hecho, a menudo lleva años realizar un diagnóstico correcto, por eso es importante conocer las diferencias entre los signos y síntomas de la EaAx y los de la lumbalgia mecánica a causa de la artrosis u otras enfermedades.

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Estas son algunas de las diferencias en los síntomas y en las personas que tienen más probabilidades de verse afectadas:

Su dolor de espalda* puede ser causado por la EaAx si

• Apareció gradualmente
• Usted tiene entre 17 y 45** años
• Usted ha tenido el dolor durante más de tres meses
• Es peor al levantarse por la mañana o después haber tomado un descanso
• Mejora al realizar actividad física
• Lo despierta por la noche después de haber dormido varias horas

Usted también puede tener

• Fatiga
• Dolor crónico en el talón (tendinitis de Aquiles) o en la planta del pie (fascitis plantar)
• Dolor y ocasionamente capacidad limitada para mover otras articulaciones grandes, como los hombros, la cadera y las rodillas.  
• Psoriasis
• Dedos inflamados con forma de salchicha (dactilitis)

*Puede sentir inicialmente un dolor sordo de un solo lado o alternado. Los síntomas varían de una persona a otra, de modo que el dolor puede comenzar en otras articulaciones, como el cuello (en especial en las mujeres) o el hombro, el codo, la cadera, la rodilla, el tobillo o el talón.

**En la mayoría de los casos, los síntomas comienzan a estas edades, pero también pueden producirse en niños o adultos mayores.

Su dolor de espalda puede estar relacionado con la artrosis si

• Comenzó de manera aguda con una actividad física, como un deporte
• Usted es de mediana edad o mayor
• Le duele más con la actividad física y mejora al estar en reposo*
• El dolor es peor al final de un día ajetreado
• Ha sufrido una lesión en la espalda en el pasado
• Ha esforzado la espalda con movimientos repetitivos durante mucho tiempo, por ejemplo, en el trabajo o en un deporte
• No tiene fiebre, sarpullido ni fatiga inusual

*La actividad física es una de las mejores terapias para la lumbalgia mecánica. En las primeras etapas, puede doler más, pero no abandone. Comience con ejercicios de bajo impacto, como estiramientos, yoga, tai chi, natación o ejercicios aeróbicos acuáticos. Fortalezca los músculos del tronco para dar soporte a las articulaciones débiles. Y asegúrese de usar un soporte lumbar para ayudar a mantener la postura y prevenir más daños al girar, agacharse, levantarse o al realizar otras actividades que podrían perjudicarlo.

Cada enfermedad se diagnostica y se trata de manera diferente. Conozca qué puede esperar de su consulta médica.