Fumar puede ser peligroso para las articulaciones
Según un artículo de 2022 publicado en The New York Times, fumar cigarrillos está de moda nuevamente, al menos entre algunos integrantes de la generación Z. Esto con el tiempo podría provocar artritis.
Actualizado por Linda Rath | 20 de abril de 2023
La artritis reumatoide (AR) y determinados tipos de artrosis tienen un componente genético, pero los genes por sí solos no son suficientes para causar estas enfermedades. La mayoría de las personas que tienen los denominados "genes de susceptibilidad" nunca desarrollan artritis, mientras que otras personas que no los tienen desarrollan dolor articular y rigidez. Incluso con una predisposición genética, se necesita algo en el entorno, como una lesión, una infección, un traumatismo o un factor en el estilo de vida, para desencadenar los síntomas. De los diversos desencadenantes ambientales, fumar está entre los más estudiados.
La prueba irrefutable
El rol del cigarrillo en las formas autoinmunes e inflamatorias de la artritis y muchas otras enfermedades no está en duda. Hace veinte años, un grupo de investigadores informó que el riesgo de desarrollar AR era dos veces más alto en hombres fumadores y 1.3 veces más alto en mujeres fumadoras, en comparación con personas que no fumaban. Otra investigación descubrió que el riesgo aumentaba con el transcurso del tiempo y la cantidad de cigarrillos fumados: un riesgo aproximadamente un 26% más alto en personas que fumaban entre uno y 10 paquetes-años (la cantidad de cigarrillos fumados por día multiplicada por la cantidad de años de fumar) y un riesgo un 94% más alto en aquellos que fumaban más de 20 paquetes-años). Los cigarrillos también pueden provocar el desarollo de AR en personas que no tienen una susceptibilidad genética. Además, a diferencia del riesgo de cáncer de pulmón y enfermedad cardíaca, la mayor probabilidad de desarrollar AR persiste después de dejar de fumar.
Los autoanticuerpos proteicos anticitrulinados (ACPA) son un fuerte biomarcador de la AR y suelen aparecer en los análisis de sangre años antes de la aparición de los síntomas. Los estudios han arrojado resultados diversos en lo referente a fumadores ACPA positivos y ACPA negativos, con algunas investigaciones que indican un riesgo mayor en personas ACPA positivas. También hay opiniones contradictorias acerca de si la exposición al humo de cigarrillo en la niñez aumenta el riesgo de desarrollar AR. Esto contrasta con las últimas investigaciones acerca del cáncer de pulmón, que indican una probabilidad significativamente mayor de desarrollar cáncer de pulmón en personas no fumadoras con factores de riesgo genéticos que estuvieron expuestas al humo de cigarrillo antes del nacimiento o en la niñez.
El hábito de fumar y la artritis
Fumar causa inflamación en todo el cuerpo, uno de los principales desencadenantes de la artritis. Cuántos más cigarrillos y más tiempo fume una persona, mayor será la inflamación. Aquí le explicamos por qué:
Fumar afecta el tratamiento de la artritis
El metotrexato, el principal medicamento para la AR, es eficaz solo para la mitad de las personas que lo usan. Muchos estudios han demostrado que fumar es una de las razones de una mala respuesta al metotrexato, y que depende de la dosis. Las personas que fuman menos de 10 cigarrillos por día tienen más probabilidades de responder al tratamiento con metotrexato que aquellas personas que fuman más. Fumar también limita la respuesta a otros medicamentos para la artritis, como el rituximab (Rituxan) y los productos biológicos anti-FNT.
Hay varias teorías con respecto al motivo por el cual fumar afecta negativamente el tratamiento de la artritis. Una es que altera los transportadores ABC, que son proteínas que transportan a los medicamentos y otras sustancias tóxicas fuera de las células. Otra es que cambia el microbioma intestinal, de forma tal que los medicamentos están menos disponibles para el cuerpo.
El hábito de fumar y la artrosis: ¿problema resuelto?
La relación entre el hábito de fumar y la artrosis no está muy clara. Los estudios más antiguos, de fines de la década de 1990 a mediados de la década de 2000, no solo no encontraron ninguna conexión entre el cigarrillo y la artrosis, sino que además determinaron que fumar en realidad reducía el riesgo. Con el correr de los años, los estudios han tenido sus vaivenes, incluido un gran estudio holandés de 2019 que no encontró ninguna conexión entre el hábito de fumar y la artrosis.
Pero un estudio aleatorizado mendeliano de 2022 de cientos de miles de pacientes del Banco Biológico del Reino Unido, así como los resultados de las investigaciones publicadas, sí encontraron una conexión entre la artrosis, el hábito de fumar, la obesidad y menores niveles de educación. Los estudios aleatorizados mendelianos evitan algunos de los problemas inherentes en la investigación de salud pública buscando la vinculación entre los resultados en la salud y las diferencias genéticas que se presentan para factores como fumar y beber alcohol. Aún así, esta probablemente no sea la última palabra en este tema.
¿Por qué dejar de fumar?
Fumar pasa factura en cada parte del cuerpo: el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado, los ojos y las articulaciones. Dejar de fumar no es sencillo (algunas personas lo intentan hasta 30 veces antes de tener éxito), pero hay muchas cosas que pueden ayudar además de los parches, la goma de mascar y los medicamentos, como la acupuntura, la hipnosis y la terapia conductual cognitiva. Es posible que algunos seguros de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio cubran el costo de los tratamientos para dejar de fumar, pero asegúrese de consultar a su asegurador. Un consejero para dejar el tabaco (cubierto por Medicare) también puede ayudar.
La artritis reumatoide (AR) y determinados tipos de artrosis tienen un componente genético, pero los genes por sí solos no son suficientes para causar estas enfermedades. La mayoría de las personas que tienen los denominados "genes de susceptibilidad" nunca desarrollan artritis, mientras que otras personas que no los tienen desarrollan dolor articular y rigidez. Incluso con una predisposición genética, se necesita algo en el entorno, como una lesión, una infección, un traumatismo o un factor en el estilo de vida, para desencadenar los síntomas. De los diversos desencadenantes ambientales, fumar está entre los más estudiados.
La prueba irrefutable
El rol del cigarrillo en las formas autoinmunes e inflamatorias de la artritis y muchas otras enfermedades no está en duda. Hace veinte años, un grupo de investigadores informó que el riesgo de desarrollar AR era dos veces más alto en hombres fumadores y 1.3 veces más alto en mujeres fumadoras, en comparación con personas que no fumaban. Otra investigación descubrió que el riesgo aumentaba con el transcurso del tiempo y la cantidad de cigarrillos fumados: un riesgo aproximadamente un 26% más alto en personas que fumaban entre uno y 10 paquetes-años (la cantidad de cigarrillos fumados por día multiplicada por la cantidad de años de fumar) y un riesgo un 94% más alto en aquellos que fumaban más de 20 paquetes-años). Los cigarrillos también pueden provocar el desarollo de AR en personas que no tienen una susceptibilidad genética. Además, a diferencia del riesgo de cáncer de pulmón y enfermedad cardíaca, la mayor probabilidad de desarrollar AR persiste después de dejar de fumar.
Los autoanticuerpos proteicos anticitrulinados (ACPA) son un fuerte biomarcador de la AR y suelen aparecer en los análisis de sangre años antes de la aparición de los síntomas. Los estudios han arrojado resultados diversos en lo referente a fumadores ACPA positivos y ACPA negativos, con algunas investigaciones que indican un riesgo mayor en personas ACPA positivas. También hay opiniones contradictorias acerca de si la exposición al humo de cigarrillo en la niñez aumenta el riesgo de desarrollar AR. Esto contrasta con las últimas investigaciones acerca del cáncer de pulmón, que indican una probabilidad significativamente mayor de desarrollar cáncer de pulmón en personas no fumadoras con factores de riesgo genéticos que estuvieron expuestas al humo de cigarrillo antes del nacimiento o en la niñez.
El hábito de fumar y la artritis
Fumar causa inflamación en todo el cuerpo, uno de los principales desencadenantes de la artritis. Cuántos más cigarrillos y más tiempo fume una persona, mayor será la inflamación. Aquí le explicamos por qué:
- Sistema inmunitario. El humo de cigarrillo contiene miles de toxinas y sustancias químicas que causan cáncer. El sistema inmunitario las percibe como una amenaza y acumula defensas contra ellas, lo que genera una explosión de células T defectuosas, proteínas inflamatorias como el factor de necrosis tumoral (FNT) y todo un ejército de interleucinas. Todas ellas son el objetivo de diversos medicamentos para la artritis, como el abatacept (Orencia), los bloqueadores del FNT como el adalimumab (Humira) y los bloqueadores de interleucinas (IL) como el tocilizumab (Actemra).
- Radicales libres. El humo de cigarrillo está lleno de radicales libres: átomos inestables que el cuerpo produce como un subproducto del metabolismo normal y la exposición a las toxinas. Los radicales libres son seductores seriales, siempre tratando de ligarse con otros átomos. En su breve búsqueda deslizándose hacia la izquierda y la derecha, dañan las células y aceleran la inflamación. Esa inflamación genera más radicales libres en un ciclo interminable.
- Autoanticuerpos. La citrulinación se produce cuando la arginina, un aminoácido presente en las proteínas, se convierte en otro aminoácido llamado citrulina. Los tejidos inflamados tienen mayores niveles de estas proteínas, y fumar puede aumentarlos aún más. En personas genéticamente susceptibles, las proteínas citrulinadas pueden causar inflamación crónica y una respuesta autoinmune, ambas características de la AR.
- Enfermedades de las encías. Fumar es una de las principales causas de la enfermedad periodontal, que puede ocasionar una serie de problemas de salud, incluida la artritis. Los investigadores han encontrado bacterias orales en el líquido sinovial (el líquido viscoso entre las articulaciones) de pacientes con AR y pacientes con artrosis. Parece probable que las bacterias escapen de la boca a través del tejido de las encías dañadas, ingresen al torrente sanguíneo y viajen por todo el cuerpo.
- Síntomas extraarticulares. El hábito de fumar está asociado con síntomas inflamatorios en otras partes del cuerpo, como el corazón, los pulmones y los ojos, y puede predisponer para enfermedades más graves fuera de las articulaciones.
Fumar afecta el tratamiento de la artritis
El metotrexato, el principal medicamento para la AR, es eficaz solo para la mitad de las personas que lo usan. Muchos estudios han demostrado que fumar es una de las razones de una mala respuesta al metotrexato, y que depende de la dosis. Las personas que fuman menos de 10 cigarrillos por día tienen más probabilidades de responder al tratamiento con metotrexato que aquellas personas que fuman más. Fumar también limita la respuesta a otros medicamentos para la artritis, como el rituximab (Rituxan) y los productos biológicos anti-FNT.
Hay varias teorías con respecto al motivo por el cual fumar afecta negativamente el tratamiento de la artritis. Una es que altera los transportadores ABC, que son proteínas que transportan a los medicamentos y otras sustancias tóxicas fuera de las células. Otra es que cambia el microbioma intestinal, de forma tal que los medicamentos están menos disponibles para el cuerpo.
El hábito de fumar y la artrosis: ¿problema resuelto?
La relación entre el hábito de fumar y la artrosis no está muy clara. Los estudios más antiguos, de fines de la década de 1990 a mediados de la década de 2000, no solo no encontraron ninguna conexión entre el cigarrillo y la artrosis, sino que además determinaron que fumar en realidad reducía el riesgo. Con el correr de los años, los estudios han tenido sus vaivenes, incluido un gran estudio holandés de 2019 que no encontró ninguna conexión entre el hábito de fumar y la artrosis.
Pero un estudio aleatorizado mendeliano de 2022 de cientos de miles de pacientes del Banco Biológico del Reino Unido, así como los resultados de las investigaciones publicadas, sí encontraron una conexión entre la artrosis, el hábito de fumar, la obesidad y menores niveles de educación. Los estudios aleatorizados mendelianos evitan algunos de los problemas inherentes en la investigación de salud pública buscando la vinculación entre los resultados en la salud y las diferencias genéticas que se presentan para factores como fumar y beber alcohol. Aún así, esta probablemente no sea la última palabra en este tema.
¿Por qué dejar de fumar?
Fumar pasa factura en cada parte del cuerpo: el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado, los ojos y las articulaciones. Dejar de fumar no es sencillo (algunas personas lo intentan hasta 30 veces antes de tener éxito), pero hay muchas cosas que pueden ayudar además de los parches, la goma de mascar y los medicamentos, como la acupuntura, la hipnosis y la terapia conductual cognitiva. Es posible que algunos seguros de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio cubran el costo de los tratamientos para dejar de fumar, pero asegúrese de consultar a su asegurador. Un consejero para dejar el tabaco (cubierto por Medicare) también puede ayudar.
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