La artritis reumatoide y la diabetes tipo 2
La diabetes es frecuente pero prevenible si usted tiene AR.
Por Linda Rath
Algunos informes señalan que tener artritis reumatoide (AR) aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 en un 50%. Es una estadística llamativa, pero ¿es verdad?
"Los datos son algo mixtos", indica Scott Zashin, MD, reumatólogo y profesor de la Facultad de Medicina Southwestern de la Universidad de Texas en Dallas.
Un análisis de 36 estudios, publicado en 2017 en la revista Medicine, aclara parte de la confusión. El estudio concluyó que hay poca evidencia de que la AR cause diabetes o lo contrario. Pero también señaló que las dos enfermedades son comorbilidades, condiciones que ocurren en la misma persona al mismo tiempo. El denominador común parece ser la inflamación.
El rol de la inflamación
La inflamación es la fuerza impulsora detrás de muchos trastornos importantes, incluidos el asma, las enfermedades cardíacas, la enfermedad intestinal inflamatoria y algunos tipos de cáncer. Sin embargo, no debemos asumir que la inflamación de una enfermedad desencadena otras condiciones inflamatorias. Es igualmente probable que estos diversos trastornos provengan de una inflamación de todo el cuerpo.
La inflamación sistémica generalmente comienza cuando su sistema inmunitario bombea proteínas inflamatorias (citocinas) cuando no son necesarias. Aunque la forma en que funcionan es diferente, la AR y la diabetes tipo 2 parecen estar impulsadas por las mismas citocinas, especialmente el factor de necrosis tumoral (FNT). Esto puede explicar por qué algunos estudios han encontrado una relación entre el tratamiento con bloqueadores del FNT y un riesgo de diabetes ligeramente menor.
FNT: amigos y enemigos
Su cuerpo libera FNT cuando está herido o tiene una infección. Actúa como líder de tropa, reclutando otras citocinas para que entren en acción. Esto crea una "cascada inflamatoria" que es importante para la cicatrización de heridas y para combatir infecciones graves. Pero cuando el FNT se produce sin una buena razón o hay demasiado, la inflamación se vuelve destructiva.
En la AR, esto sucede cuando las células inmunitarias invaden las articulaciones y comienzan a producir FNT (u otras proteínas inflamatorias). Esto puede causar una inflamación que no solo daña y destruye las células de las articulaciones, sino también las células de otras partes del cuerpo. En la diabetes tipo 2, el FNT se produce principalmente en las células grasas. La inflamación resultante hace que sus células sean más resistentes a la insulina, el sello distintivo de la enfermedad.
Entonces, ¿qué causa la inflamación en primer lugar? Estudios más recientes apuntan a alteraciones en los microbios (bacterias, levaduras y hongos) que desempeñan un papel fundamental en la regulación del sistema inmunitario.
Señales de advertencia y detección
Las pautas de la Asociación Estadounidense de Diabetes sugieren que la mayoría de los adultos mayores de 45 años se hagan una prueba de diabetes cada tres años. Sin embargo, un estudio de 2018 publicado en Journal of Rheumatology descubrió que los pacientes con AR no estaban siendo evaluados como se recomienda, a pesar de que tienen un mayor riesgo de tener diabetes.
Eso es un problema porque la diabetes tipo 2 a menudo no causa síntomas. Algunas personas la tienen durante años antes de que se les diagnostique.
Los síntomas pueden ser los siguientes:
- Aumento de la sed y la micción.
- Más apetito.
- Pérdida de peso, aunque esté comiendo más.
- Fatiga
- Visión borrosa.
Si nota estos síntomas o no se ha hecho una prueba de detección en los últimos tres años, su médico debe hacérsela.
Factores de riesgo
Los mayores factores de riesgo para la diabetes tipo 2 son los siguientes:
- Obesidad:
- Falta de ejercicio.
- Edad: principalmente porque las personas tienden a volverse menos activas y aumentan de peso a medida que envejecen.
Cuando tiene AR, su riesgo aumenta aún más si:
- Toma corticoesteroides.
- Su enfermedad no está bien controlada.
Las personas con AR que tienen factores de riesgo tradicionales como la obesidad tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que las personas con los mismos factores de riesgo que no tienen AR. La inflamación en todo el cuerpo puede ser la clave que las une.
Prevención de la diabetes tipo 2
Es posible prevenir la diabetes tipo 2 y, a veces, revertirla. Aquí le contamos cómo hacerlo:
- Manténgase activo. El ejercicio ayuda a promover la pérdida de peso y reduce la inflamación en la diabetes y la AR. Intente ejercitar el cuerpo al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana. Caminar a paso ligero, nadar o andar en bicicleta son buenas opciones. La Asociación Estadounidense de Diabetes también recomienda dos o tres días de entrenamiento con pesas para ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre.
- Baje de peso. Existe una fuerte conexión entre la obesidad y la diabetes tipo 2. Perder incluso 7-10% de su peso corporal puede marcar una gran diferencia.
- Coma sano. Limítese a las proteínas magras, frutas y verduras frescas, algunos cereales integrales y grasas saludables como el aceite de oliva. Aumentar la diversidad bacteriana al comer alimentos que promuevan el crecimiento de bacterias buenas como el yogur y aquellos con mucha fibra puede ayudar a reducir la inflamación.
Tratamiento de la AR y la diabetes tipo 2
Para muchas personas, la diabetes tipo 2 se puede tratar con la pérdida de peso, el ejercicio y una alimentación saludable. Si los cambios en el estilo de vida no son suficientes, su médico puede recetarle un medicamento para la diabetes, especialmente si sus niveles de azúcar en sangre son muy altos o si tiene otros problemas de salud. Pero eso no significa que su régimen de medicamentos para la AR probablemente cambie.
"Tratar a una persona que tiene AR y diabetes no es muy diferente de tratar a una persona que solo tiene AR", señala Paula Rackoff, MD, reumatóloga y profesora clínica asociada en NYU Langone Health en New York City. "En el caso de los medicamentos comunes como el metotrexato y la hidroxicloroquina, generalmente no ajustamos la dosis a menos que el paciente tenga una enfermedad hepática o renal, lo que dificulta la eliminación de los medicamentos. Tratamos de evitar los esteroides porque elevan los niveles de azúcar en la sangre", explica.
Tomar drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad (DMARD), especialmente biológicas, plantea un problema mayor. Estas drogas aumentan el riesgo de infección, que ya es mayor en la diabetes y la AR. Clifton O. Bingham III, MD, quien dirige el Centro de Artritis Johns Hopkins en Baltimore, señala que es importante que los pacientes estén atentos a la prevención de infecciones y reciban tratamiento inmediato en caso de tener síntomas como tos con flema (moco), congestión nasal y fiebre.
La Dra. Rackoff indica que también es importante controlar los niveles de colesterol y otros factores que contribuyen a las enfermedades cardíacas, ya que tanto la AR como la diabetes pueden aumentar el riesgo de problemas cardíacos.
Sobre todo, enfatiza la importancia del ejercicio. "El ejercicio es realmente fundamental para las personas con AR, diabetes y enfermedades cardíacas. Ponga una bicicleta fija en la habitación. No puede lastimarse, y no hay excusas", manifiesta la Dra.
Fuentes:
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