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Explicación del dolor centralizado 

Un tratamiento temprano y agresivo sobre el origen del dolor y el hecho de prevenir su empeoramiento pueden reducir el riesgo de desarrollar dolor centralizado.

Para algunas personas con artritis, el dolor crónico es una enfermedad diferente. 

Utilizado por primera vez para describir el dolor que se produce tras una lesión en el bulbo raquídeo o en la médula espinal, el dolor centralizado actualmente describe a cualquier dolor que se produce cuando el sistema nervioso central no procesa correctamente las señales de dolor. Esta condición también puede ser denominada «sensibilización central» «amplificación central» y «síndrome de dolor central».   

El dolor de artritis proviene de la inflamación, del daño articular o de ambos, por lo que tiene sentido que se elimine si se controla la inflamación con medicamentos modificadores de la enfermedad o se reemplaza una cadera o rodilla muy desgastada. A veces es así. Sin embargo, para algunas personas con artritis reumatoide, artritis psoriásica o artrosis, el dolor persiste incluso con un tratamiento agresivo. Parece que experimentan cambios en la forma en la que el cerebro y la médula espinal procesan y transmiten las señales de dolor. El resultado es que el dolor que empieza en el cuerpo (dolor periférico) se amplifica en el cerebro

«La mejor analogía es que se sube involuntariamente el control del volumen del dolor y de otros síntomas [que suelen acompañarlo], entre los que se incluyen sueño deficiente, depresión y ansiedad», explica John Davis, MD y presidente de la consulta de Reumatología de la Clínica Mayo de Minnesota.   

Este problema también puede ocurrir por sí solo en personas que no tienen otro tipo de artritis. La condición de dolor centralizado más común es la fibromialgia.

En la actualidad, son cada vez más los médicos que comprenden la importancia de tratar el dolor centralizado como una enfermedad. Su médico podrá ayudarlo a hallar tratamientos que aborden los cambios en el cerebro y traten la condición que desencadenó su dolor. De esta forma podrá ayudar a su médico a hallar el tratamiento adecuado para usted:
 

Cómo controlar el dolor centralizado

No aguante el dolor. Tome medidas para detener el dolor antes de que se vuelva crónico o centralizado. Puede que le preocupen los efectos colaterales de la medicación o que sienta que puede soportar el dolor. Pero sabiendo cómo afecta el dolor al cerebro, sería más prudente abordar el problema subyacente a fin de prevenir los cambios cerebrales que podrían resultar de un dolor no tratado.

Informe a su médico. Haga que hablar sobre su dolor sea una prioridad. Considere la posibilidad de llevar un diario del dolor para registrar cómo se siente diariamente y coméntelo con su médico en cada cita. Sea específico sobre lo que está experimentando. Dependiendo de sus síntomas, su médico podría remitirlo a un centro del dolor, donde tendrá acceso a una mezcla de médicos, fisiatras, psiquiatras, fisioterapeutas y psicólogos.
 

Dolor crónico y el cerebro

Los mensajes de dolor son continuamente enviados al cerebro. Dado que el sistema nervioso central (SNC) es cambiante, los nervios que envían mensajes de dolor se vuelven cada vez más agudos con el tiempo. Entonces, el cuerpo puede comenzar a reaccionar ante pequeños mensajes de dolor como si fueran enormes. Además, si continúa experimentando dolor, su cerebro podría llegar a desarrollar una «memoria del dolor». Debido a ello, podría experimentar reacciones más rápidas y fuertes ante las señales de dolor. Con dolor centralizado, podría sentir el dolor con mayor intensidad y su capacidad para tolerarlo estaría disminuida. Algo que no le causa dolor a otros podría ser sumamente doloroso para usted (alodinia).  


Comprométase con el autocuidado

"El sueño y el ejercicio son los dos analgésicos más importantes", afirma el Dr. Daniel Clauw, profesor de la Universidad de Michigan, director del Centro de Dolor y Fatiga Crónicos de esa institución y destacada autoridad en materia de dolor crónico. "Bajan la intensidad del dolor. Cuando tiene un descanso reparador, cuando está activo y no sufre estrés, puede controlar el dolor centralizado. El ejercicio no tiene que ser un entrenamiento aeróbico de gran intensidad. Algo tan simple como caminar la distancia y el tiempo que su cuerpo le permita es una buena opción, siempre y cuando no le genere malestar. Piense en el ejercicio como si fuera una medicina. No querrá tener una sobredosis, pero si se salta una dosis, sus síntomas empeorarán». 


Hable sobre los medicamentos

La combinación del autocuidado y la terapia conductual cognitiva es el tratamiento más eficaz para la fibromialgia. Pero la medicación también puede ser necesaria. Los medicamentos utilizados para la fibromialgia sirven para reducir la "intensidad del dolor" en el sistema nervioso central (SNC) y para tratar la fatiga, el estado de ánimo, el sueño y otros problemas propios de la enfermedad. La duloxetina (Cymbalta), el milnaciprán (Savella) y la pregabalina (Lyrica) están aprobados por la FDA para el tratamiento específico de la fibromialgia. También se utilizan otros medicamentos que algunos médicos observaron que son beneficiosos, pero que aún no han sido aprobados por la FDA para tratar la fibromialgia. Algunos de estos medicamentos son antidepresivos, pero el hecho de que se los receten no quiere decir que usted esté deprimido. Todos los medicamentos conllevan riesgos, así que pregúntele a su médico sobre los posibles efectos colaterales.

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