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Cómo ayudar a un ser querido cuando se le diagnostica artritis

Estos consejos pueden orientarlo sobre las formas de ayudar y lo que no debe hacer.

Por Mary Anne Dunkin | 14 de septiembre de 2022

Aunque no puede quitarle el dolor o la artritis a un ser querido, su apoyo puede ayudar en los primeros días, semanas y años después del diagnóstico. Estos son 11 consejos sobre cómo ayudar y qué no hacer. 

Infórmese Hay muchas formas de artritis y pueden afectar a las personas de diferentes maneras. Aprenda todo lo que pueda sobre la forma específica de artritis que padece su ser querido. Pregunte si hay materiales del médico que pueda leer. Comuníquese con la oficina local de la Arthritis Foundation o visite el sitio web de la fundación para obtener información confiable sobre la enfermedad y los recursos para pacientes con artritis. Otras fuentes de información confiables incluyen el American College of Rheumatology, el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

Ofrezca transporte a las visitas al médico. Obtener un nuevo diagnóstico puede ser abrumador y las opciones de tratamiento pueden ser confusas. Tener un segundo par de oídos para escuchar, y un amigo para tomar notas, puede ayudar a su ser querido a absorber toda la información nueva de una visita al médico y recordar los puntos importantes. Pregúntele si le gustaría que lo acompañe en la próxima visita al médico o al menos que lo lleve allí. 

Ayude a encontrar apoyo. A veces, la persona más comprensiva es alguien que tiene el mismo diagnóstico. Ayude a buscar grupos de apoyo en línea o en persona para que las personas que viven con artritis se reúnan y compartan experiencias. Si corresponde, ofrézcase a llevarlo o acompañarlo a las reuniones. 

No deje de incluir a su ser querido. No asuma que no se siente con ganas de hacer las actividades que alguna vez disfrutaron juntos; tendrá días buenos y días malos. Pero tenga en cuenta que puede haber ocasiones en las que necesite cancelar a último minuto: el dolor puede aparecer de manera impredecible, así que planifique la flexibilidad. Si los dos solían disfrutar de la escalada en roca o de trotar, podría sugerir una caminata en su lugar si su ser querido no se siente con ganas de hacer esas actividades. 

Replantee las tareas del hogar. Si es alguien con quien comparte las responsabilidades del hogar (por ejemplo, una pareja, un padre o un hijo mayor), hable sobre las tareas domésticas y piense en formas que le permitan descansar más y evitar el dolor, cuando sea necesario. 

Escuche. Un nuevo diagnóstico es perturbador. Su ser querido puede estar ansioso, triste o enojado. Puede querer solo desahogarse. Escúchelo atentamente. Reflexione sobre lo que dice para hacerle saber que está escuchando y que le importa, pero no ofrezca consejos a menos que se lo pida.   

Ayúdelo a estar activo. La actividad física es una de las mejores cosas que se puede hacer para la artritis, pero no siempre es fácil ponerse en marcha cuando se tienen articulaciones rígidas y fatiga. Puede invitarlo a dar un paseo o a nadar en una piscina climatizada. Mejor aún, inscríbase junto a su ser querido en una clase de yoga o tai chi para que la actividad física sea algo habitual.

Nunca minimice su dolor. Los efectos de la artritis no siempre son visibles. Incluso en los días en que su ser querido se ve bien, puede estar experimentando mucho dolor. Deje que se mueva a su propio ritmo, nunca sugiera que el dolor "no es tan malo" o que es similar al de otra persona, como un tío que podría predecir el clima por el dolor en sus articulaciones.

Averigüe lo que necesita y ofrezca su ayuda. La vida y las responsabilidades de su ser querido continúan, incluso cuando siente que su cuerpo no puede. Si ciertas tareas a veces le resultan difíciles, ofrezca su ayuda. Recoja una receta o un pedido de supermercado, tome su turno en el viaje compartido, lave una carga de ropa, aspire la casa, corte el césped, lleve el automóvil para un cambio de aceite o llévelo a cenar. (Recuerde preguntar sobre cualquier restricción en su dieta). Pregúntale qué es lo que más necesita y cómo puede ayudarlo. 

No sea sobreprotector. Cuando vea que su ser querido lucha por quitarse una chaqueta o hace una mueca de dolor cuando se sienta, es natural querer ayudar, pero pregunte primero. Mantener la independencia es importante y eso significa descubrir formas de arreglársela. Si las actividades diarias resultan difíciles, un terapeuta ocupacional puede ayudar con dispositivos de asistencia y nuevas formas de hacer las cosas. 

No se rinda. Habrá momentos en que su ser querido no querrá ayuda, o no tendrá ganas de hacer ejercicio, reunirse o incluso hablar. Respete su decisión, pero siga acompañándolo. Hágale saber que le importa y que está listo cuando él lo esté.