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Cómo afrontar un brote de artritis

Qué hacer si sus síntomas de dolor, rigidez y fatiga empeoran repentinamente.

Por Michele Cohen Marill | Fecha de revisión: 4/21/2021

Tener un brote de artritis es como chocar contra una pared. Hasta ahora pudo controlar la artritis, pero de repente, las articulaciones hinchadas, el dolor, la fatiga y la confusión entorpecen sus actividades cotidianas.

Para algunas personas, los brotes son una parte inevitable del proceso de la artritis. Suelen ser temporales, pero puede ser difícil saber si esta repentina escalada de los síntomas pasará o si es una señal de que necesita hacer cambios en su plan de tratamiento para evitar la progresión de su enfermedad. Dependiendo de la situación y de su historial médico, su médico puede determinar que es un indicio de empeoramiento de su enfermedad y ajustar su tratamiento.

La forma en que usted experimenta un brote puede variar según el tipo de artritis que tenga y el desencadenante. Algunos desencadenantes pueden ser obvios. Por ejemplo, si se esfuerza de más al trabajar en el jardín o hace ejercicio más intenso de lo habitual, o si experimenta un acontecimiento estresante como una mudanza o un cambio de trabajo, puede tener una reaparición temporal de los síntomas. Para algunas personas, comer determinados alimentos o incluso lavarse los dientes puede desencadenar un brote o un empeoramiento temporal de los síntomas.

En otros casos, el brote puede aparecer repentinamente, sin causa aparente. Eso podría indicar que su medicación ya no está funcionando tan bien y necesita ajustarla o cambiarla.

A pesar de lo preocupante que puede ser un brote, "usted no está solo en esto", dice Victoria Ruffing, directora de enfermería y educación del paciente del Johns Hopkins Arthritis Center (Centro de Artritis Johns Hopkins). Su equipo de atención médica puede ayudarlo, y puede encontrar apoyo en la comunidad en línea y en los grupos de conexión de la Arthritis Foundation de otras personas que viven con artritis y que saben por lo que está pasando.

¿Cuál es la gravedad de su brote?

Un brote puede ser algo tan leve como una reaparición de la rigidez matutina, pero no hay que ignorarla. Incluso si los síntomas se resuelven rápidamente, anote cuándo se produjeron, cuánto duraron y cómo se sintió para poder compartir esa información en su próxima visita médica, dice Ruffing.

Si sus síntomas son graves o duran más de unos días, comuníquese con su reumatólogo de inmediato, dice Ruffing. Su médico puede recetarle un fármaco adicional, como la prednisona, o ajustar su medicación habitual hasta que el brote disminuya.

Si el dolor sigue empeorando o los síntomas no responden a sus esfuerzos por aliviarlos con hielo, calor o un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (NSAID) como el ibuprofeno, es una señal de alarma de que su enfermedad puede estar empeorando y usted y su médico pueden necesitar ajustar su plan de tratamiento y la medicación, señala.

Los síntomas no siempre se deben a un brote. Por ejemplo, si usted se inyecta regularmente y empieza a experimentar síntomas antes de que llegue el momento de la siguiente inyección, es posible que la medicación no esté funcionando como se esperaba. Un análisis de sangre puede detectar marcadores de inflamación, que ayudarán a determinar si necesita un cambio en su régimen de tratamiento.

Cómo se siente un brote con...

Artritis reumatoide: Es posible que tenga alguna versión de los síntomas originales que sintió cuando le diagnosticaron la artritis reumatoide (AR), incluidos dolor e hinchazón de las articulaciones, rigidez matutina, enrojecimiento, fatiga y confusión mental. Si el dolor se repite en la misma articulación, el médico puede querer realizar un estudio de imagen de la articulación, como una ecografía o una resonancia magnética, o comprobar los análisis de sangre para medir los marcadores de inflamación.

Artritis psoriásica: Puede presentar un aumento de las placas psoriásicas y dolor e hinchazón en una o varias articulaciones, que podría ir acompañado de fatiga. Al igual que la AR, la artritis psoriásica también puede afectar a los órganos, por lo que hay que estar atento a otros síntomas. Por ejemplo, si desarrolla dolor ocular o visión borrosa, debe ser evaluado por un oftalmólogo.

Espondilitis anquilosante: los brotes de la espondilitis anquilosante suelen implicar fatiga y dolor de espalda o en otras articulaciones, como en los hombros, las caderas, las manos y los pies. No ignore los problemas oculares u otros síntomas que puedan indicar efectos sistémicos de la enfermedad.

Lupus: Un brote de lupus puede causar fiebre, erupción cutánea, dolor en las articulaciones, fatiga, llagas en la boca o la nariz, entumecimiento u hormigueo o dolor de cabeza. Dado que la enfermedad del lupus activo implica la inflamación de los órganos, es importante comunicarse con el reumatólogo para evaluar los síntomas y evitar la evolución de la enfermedad.

Gota: Un brote de gota suele denominarse "ataque" porque provoca un dolor e inflamación repentinos en una articulación, a menudo el dedo gordo del pie. En algunos casos, el brote es el primer signo de que alguien tiene gota, que está causada por la acumulación de ácido úrico en el cuerpo. Si tiene un medicamento con receta para la gota, tómelo. Si no es así, tome ibuprofeno o naproxeno (no aspirina, que puede aumentar los niveles de ácido úrico), y llame a su médico. Coloque hielo en la articulación dolorida, beba mucho líquido y evite las bebidas alcohólicas y azucaradas y los alimentos ricos enpurina, como la carne roja y ciertos mariscos.

Artrosis: A diferencia de otras formas de artritis, la artrosis no es una enfermedad sistémica. Afecta a articulaciones específicas y no a todo el cuerpo. Sin embargo, es posible que se produzca un aumento repentino del dolor o la hinchazón de una articulación, sobre todo después de un uso excesivo. Si tiene episodios de dolor repetidos, debe comunicarse con su proveedor de servicios de salud, que podría remitirle a un ortopedista o fisioterapeuta.

¿Cómo puedo aliviar mi brote?

Si el brote es grave, el médico puede determinar que la enfermedad está empeorando y puede modificar el plan de tratamiento y la medicación. Pero tanto si es leve como grave, puede tomar algunas medidas para aliviar el dolor articular y la inflamación descansando, aplicando una compresa de hielo o calor y tomando un analgésico de venta libre, como el paracetamol (Tylenol), o un NSAID, como el ibuprofeno o el naproxeno. Si sufre de rigidez matutina, una ducha caliente o unos suaves estiramientos pueden ayudar.

Mientras tanto, redoble la apuesta por los hábitos saludables, como dormir lo suficiente, consumir alimentos saludables y relajarse con ejercicios de respiración profunda o meditación. Y no sea demasiado exigente consigo mismo. "Nadie lleva una vida totalmente libre de estrés. Siempre pueden surgir cosas que desencadenen un brote", dice Ruffing.

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