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Opciones de tratamiento para la artritis juvenil

Los tratamientos pueden aliviar la rigidez y la inflamación de las articulaciones y lograr la remisión de los síntomas en los niños.

Por Stephanie Watson | 17 de junio de 2022

Artritis juvenil (AJ) es un término utilizado para referirse a diversas enfermedades reumáticas en los niños. Lo que tienen en común es que todas causan dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones, pero afectan diferentes articulaciones. Algunos tipos también involucran los ojos u otros órganos.

La artritis juvenil más común es la artritis idiopática juvenil (AIJ), que se manifiesta de diferentes formas. El tratamiento depende que cuál de los cinco tipos de AIJ tenga su hijo:

  • La AIJ oligoarticular afecta solo unas pocas articulaciones
  • La AIJ poliarticular afecta cinco o más articulaciones
  • La AIJ sistémica causa inflamación en las articulaciones y órganos como el corazón y el hígado
  • La AIJ relacionada con entesitis afecta los tendones, los ligamentos, las articulaciones y, a veces, la columna vertebral
  • La AIJ temporomandibular afecta la mandíbula

Empezar temprano el tratamiento adecuado es importante para

  • Reducir la inflamación
  • Aliviar el dolor y la rigidez
  • Prevenir daños en las articulaciones y los órganos
  • Mantener el movimiento en la articulación
  • Lograr la remisión, lo que significa que no hay ningún signo de inflamación en los exámenes o las pruebas
  • Ayudar a que el niño crezca y participe en actividades como la escuela y deportes

La medicación es la base del tratamiento, pero las intervenciones en el estilo de vida, como la fisioterapia y la dieta, también son importantes. Quizás sea necesario que los niños tengan un equipo de especialistas, incluidos un reumatólogo para controlar el dolor articular y un oftalmólogo para los síntomas oculares.

Trabaje con el equipo médico de su hijo para encontrar el plan de tratamiento que mejor se adapte a sus necesidades.

Medicamentos

Los medicamentos son la parte más importante del tratamiento para la AIJ. Sin la medicación apropiada, el avance de la enfermedad sigue causando daños irreversibles en las articulaciones y posiblemente en los órganos. Es posible que su hijo tome algunos de los siguientes medicamentos, o todos ellos:

  • NSAID. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) suelen ser el primer tratamiento recomendado por los médicos. Algunos NSAID pueden comprarse sin receta. Otros requieren la receta de un médico. Algunos medicamentos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin) y el naproxeno (Naprosyn), reducen la inflamación y alivian el dolor y la rigidez, pero no deben usarse por mucho tiempo debido a los posibles efectos colaterales, como problemas gastrointestinales y moretones.
  • Corticoesteroides. Inyectar corticoesteroides (esteroides) directamente en las articulaciones afectadas reduce rápidamente la inflamación y alivia el dolor. Los médicos recetan píldoras de corticoesteroides para los niños a la dosis más baja y por el menor tiempo posible para controlar los síntomas. Tomar corticoesteroides orales por mucho tiempo puede desacelerar el crecimiento del niño y causar efectos colaterales, como aumento de peso, huesos débiles y un mayor riesgo de infecciones.
  • Drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad (DMARD). Si hay muchas articulaciones afectadas o los corticoesteroides y los NSAID no son suficientes para calmar la inflamación, es posible que el médico agregue una DMARD o cambie la medicación de su hijo por una DMARD. Estos medicamentos suprimen el sistema inmunitario para desacelerar el avance de la AIJ y prevenir el daño articular. El metrotexato (Rheumatrex) es la DMARD más usada para tratar la AIJ.
  • Productos biológicos. Estas DMARD más nuevas son una opción cuando el metotrexato y otros tratamientos no han ayudado lo suficiente, o si la enfermedad es muy grave. Generalmente, los médicos recetan un tipo de producto biológico llamado inhibidor del factor de necrosis tumoral (FNT). El adalimumab (Humira y los productos biosimilares), el etanercept (Enbrel) y el golimumab (Simponi Aria) son ejemplos de medicamentos inhibidores del TNF. Otras opciones son el canakinumab (Ilaris), un inhibidor de la interleucina-1 (IL-1); el tocilizumab (Actemra), un inhibidor de la IL-6; y el abacept (Orencia), que bloquea sustancias o receptores que promueven la inflamación de otras maneras. Otros productos biológicos se usan de manera extraoficial, lo que significa que no han sido aprobados por la FDA para la AIJ pero la experiencia clínica demuestra que son efectivos. El producto biológico recetado dependerá del tipo de AIJ que tenga su hijo y el criterio de su médico, así como su preferencia y la de su hijo. 

Monitoreo de medicamentos

Los medicamentos para la AIJ son fuertes y pueden causar efectos colaterales graves. Es importante que el médico monitoree a su hijo cada pocos meses con análisis de sangre y pruebas de la función hepática y renal.

Siga minuciosamente las instrucciones del médico e informe cualquier efecto colateral. Lleve a su hijo a todas las visitas de seguimiento recomendadas para asegurarse de que el medicamento esté funcionando. De no ser así, es posible que el médico ajuste la dosis o recete otro medicamento diferente. Cuando la AIJ está bajo control, algunos niños pueden dejar de tomar sus medicamentos.

Vivir con AIJ

Los niños con AJ pueden ir a la escuela, jugar con sus amigos, participar en deportes y hacer otras actividades. Trabajar con un equipo de tratamiento que incluya un fisioterapeuta (FT), un terapeuta ocupacional (TO), un trabajador social y otros profesionales puede ayudar a los niños a controlar el dolor, la fatiga y otros síntomas.

Realizar fisioterapia y terapia ocupacional

El movimiento es una parte importante del tratamiento para la AJ. La fisioterapia mejora la amplitud de movimiento de las articulaciones, fortalece los músculos y ayuda a prevenir lesiones. La terapia ocupacional les enseña a los niños formas de hacer actividades diarias, como vestirse, hacer las tareas escolares o jugar con menos dolor. Estos especialistas también pueden colocarles férulas o dispositivos ortopédicos a los niños para evitar que las articulaciones se contraigan.

Equilibrar el ejercicio y el descanso

Caminar, nadar y otras actividades de bajo impacto fortalecen los músculos y mantienen la flexibilidad sin lesionar las articulaciones. La actividad también es buena para aliviar el dolor de los niños y mejorar su sueño y su humor.

Cuando el niño esté cansado o las articulaciones le duelan o estén inflamadas, incentívelo para que tome un descanso. Alternar períodos de descanso con la actividad evita sobreexigir o lesionar las articulaciones.

Usar calor y frío

Tanto el calor como el frío ayudan a aliviar las articulaciones. Una ducha tibia o una almohadilla térmica alivian la tensión muscular y la rigidez articular. Un baño de parafina alivia la rigidez en las manos y los pies. Y una compresa de hielo envuelta en una toalla reduce la hinchazón y alivia el dolor. Use la opción que mejor le haga a su hijo, o alterne calor y frío.

Pedir apoyo

Cuando tenga preguntas, recurra al equipo de tratamiento de su hijo. También puede pedirle consejos a un trabajador social o a un terapeuta. Coordine con la escuela cualquier adaptación especial que necesite su hijo, como días libres cuando los síntomas se exacerben o tiempo adicional para ir de una clase a otra.

Vivir con una enfermedad crónica puede ser muy estresante. Es de gran ayuda que los niños hablen con un profesional de la salud mental o que participen en un grupo de apoyo para niños con artritis, como nuestros grupos de conexión.

Seguir una dieta saludable

Si bien no existe una dieta específica para la AJ, consumir una mezcla de nutrientes saludables contribuirá a la salud general de los niños. Una dieta bien equilibrada incluye frutas y vegetales de muchos colores, junto con proteínas magras como el pescado y el pollo, granos integrales y productos lácteos con poca grasa. Evitar la comida chatarra, como los alimentos altamente procesados repletos de azúcar y grasas, puede ayudar a controlar la inflamación y prevenir el sobrepeso, que puede sobreexigir más las articulaciones.

Mantenerse al día con las vacunas

Las vacunas protegen a los niños de enfermedades como la gripe, el sarampión y la rubeola. Es importante que todos los niños reciban las vacunas recomendadas, en especial si toman drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad u otros medicamentos biológicos que supriman el sistema inmunitario y los dejen más vulnerables a las infecciones. Sin embargo, deben evitar las vacunas elaboradas con virus vivos, como el aerosol nasal para la gripe y las vacunas para la varicela y el rotavirus. Estas vacunas pueden provocar una infección en niños con un sistema inmunitario debilitado.

Cirugía

Los niños con artritis, rara vez, necesitan cirugía. El tratamiento con drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad debería proteger las articulaciones lo suficiente para evitar una cirugía. Pero cuando una articulación está tan dañada que se ha deformado, la cirugía podría ser una opción.

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