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Pautas de tratamiento para la artritis psoriásica

Las recomendaciones ayudan a guiar las decisiones compartidas de los médicos y los pacientes sobre los tratamientos.

Por Alice Goodman | Fecha de actualización: 8 de abril de 2022

La artritis psoriásica es una enfermedad compleja que afecta a diferentes pacientes de distintas maneras, por lo que es importante que cada paciente trabaje en estrecha colaboración con su médico para decidir y controlar los tratamientos. Las pautas de tratamiento, basadas en el conjunto de pruebas y la experiencia clínica, y emitidas por el American College of Rheumatology (ACR), se desarrollaron para ayudar a los médicos y pacientes a decidir qué tratamientos podrían ser mejores en determinadas circunstancias. Fueron desarrolladas conjuntamente en 2018 por representantes del ACR y la National Psoriasis Foundation (NPF).

Las 80 recomendaciones cubren medicamentos y varios tratamientos no farmacológicos. En términos generales, las recomendaciones de las pautas cubren escenarios comunes para el tratamiento de personas con artritis psoriásica (AP) activa que nunca han recibido tratamiento, así como aquellas que han sido tratadas pero aún tienen la enfermedad activa. También proporcionan recomendaciones para las personas que tienen AP activa con entesitis (inflamación donde los tendones y ligamentos se unen al hueso), aquellas con espondilitis psoriásica activa (AP que afecta la columna vertebral y las articulaciones pélvicas) y aquellas con AP activa y enfermedad intestinal inflamatoria (EII) coexistente. Las pautas enfatizan la necesidad de tratar con la meta de lograr una actividad mínima de la enfermedad.

Los efectos colaterales, los costos de las terapias y las preferencias de los pacientes se incluyeron en las recomendaciones, y un grupo de pacientes con AP ayudó a desarrollar las pautas y votó sobre las recomendaciones.

"El seis por ciento de las recomendaciones fueron sólidas y 94% condicionales, lo que indica la importancia de un debate activo entre el proveedor de atención médica y el paciente para elegir el tratamiento óptimo", escribieron los autores. Se consideraron "condicionales" cuando la mejor evidencia disponible no permitía una recomendación "sólida". Esto se debe en parte a que la mayoría de los estudios publicados no comparan un tratamiento con otro, sino solo con un placebo, por lo que es difícil decir cómo un tratamiento se compara directamente con otro. Las recomendaciones "sólidas" indican que el panel confiaba en que los beneficios de esa recomendación superan cualquier desventaja.

Como principio fundamental, el panel recomendó un tratamiento agresivo de AP activa utilizando un enfoque de tratamiento con una meta, es decir, ajustar la terapia de un paciente según sea necesario para lograr una meta específica (por lo general, la remisión o actividad reducida de la enfermedad), en lugar de no realizar el tratamiento con una meta. "La enfermedad no tratada o el control inferior a lo óptimo de la enfermedad no son deseables, y en la era actual, con la disponibilidad de muchas opciones, se puede lograr un buen control de la enfermedad", afirma Jasvinder Singh, MD, MPH, profesor adjunto de Medicina y Epidemiología en la Universidad de Alabama, en Birmingham, quien encabezó el panel.

Para la mayoría de las personas con AP activa que nunca han recibido tratamiento, afirma el Dr. Singh, los medicamentos biológicos inhibidores del TNF son preferibles a las drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad (DMARD) sintéticas convencionales, como el metotrexato, la leflunomida (Arava), la sulfasalazina (Azulfidine) y el apremilast (Otezla), que en estas pautas se denominan medicamentos de moléculas pequeñas orales (OSM).

Esta recomendación condicional se basa en evidencia de calidad moderada a baja, sostiene el Dr. Singh. "Las opciones de terapia siempre deben analizarse con el paciente. Puede haber circunstancias en las que se prefieran los medicamentos [orales]", como la preferencia del paciente por un medicamento oral en lugar de inyectable; o contraindicaciones para un medicamento biológico inhibidor del TNF, como infecciones graves, insuficiencia cardíaca y enfermedad desmielinizante (como la esclerosis múltiple).

Las pautas también especifican cuándo los pacientes deben recibir vacunas comunes. Si un paciente con AP activa requiere una vacuna elaborada con microbios muertos (como la vacuna contra la gripe o la neumonía), no se debe retrasar el inicio del tratamiento con una terapia biológica; sin embargo, si un paciente necesita una vacuna elaborada con microbios vivos atenuados, la terapia biológica debe retrasarse hasta después de que el paciente haya sido vacunado.

Con respecto a las intervenciones no farmacológicas, el panel hizo una recomendación "sólida" para dejar de fumar (toda la evidencia disponible muestra que no fumar es beneficioso). Otras intervenciones no farmacológicas, como hacer ejercicio, el ejercicio de bajo impacto, la fisioterapia, la terapia ocupacional, la pérdida de peso para personas con sobrepeso u obesidad , la masoterapia o la acupuntura eran "condicionales", con evidencia de baja a muy baja calidad para apoyarlas.

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