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Cómo la grasa puede empeorar la artritis

El exceso de grasa aumenta no solo la presión sobre las articulaciones, sino también la inflamación.

Por Andrea Kane

Si le pidiera a las personas que nombren un problema de salud relacionado con la obesidad, es muy probable que digan "enfermedad cardíaca" o "diabetes". Y tendrían razón, ya que esas dos enfermedades crónicas tienen una relación muy estrecha con el exceso de peso.

Lo que no es tan conocido es que la obesidad puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de artritis; en todos los casos, la obesidad empeora la artritis, y de formas que pueden sorprenderlo. Más de 1 de cada 5 estadounidenses ha sido diagnosticado con artritis, pero según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), esa cifra aumenta a más de 1 de cada 3 entre las personas obesas, y más del 42 % de los estadounidenses son obesos.

Aquí podemos ver lo que la grasa le hace a la artritis, así como algunos consejos para encaminarlo hacia la pérdida de peso.

ARTROSIS

La artrosis (OA) es el tipo más común de artritis y afecta a más de 32.5 millones de estadounidenses. Se caracteriza por la ruptura del cartílago, el tejido conectivo flexible, pero resistente, que cubre los extremos de los huesos en las articulaciones. El envejecimiento, las lesiones, los antecedentes familiares y los factores de estilo de vida afectan el riesgo de artrosis.

Por qué importa la obesidad

La artrosis tiene un vínculo lógico con la obesidad: cuanto más peso hay en una articulación, más se estresa y es más probable que se desgaste y se dañe.

"El peso juega un papel importante en la sobrecarga articular, por lo que cuando las personas tienen mucho sobrepeso, se ejerce presión sobre sus articulaciones, en especial sobre las articulaciones que soportan peso, como las rodillas y las caderas", dice Eric Matteson, MD, presidente emérito de la División de Reumatología en Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

Por eso, las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar artritis en primer lugar. Y, una vez que una persona tiene artritis, "el peso adicional causa aún más problemas en las articulaciones ya dañadas", comenta el Dr. Matteson.

Además, la grasa en sí misma es un tejido activo que crea y libera sustancias químicas, muchas de las cuales promueven la inflamación.

"Estas sustancias químicas pueden influir en el desarrollo de la artrosis", explica Jeffrey N. Katz, MD, profesor de Medicina y Cirugía ortopédica en la Facultad de Medicina de Harvard y Women's Hospital en Boston.

Obtenga más información sobre la relación entre la grasa y la artrosis.

 

ARTRITIS REUMATOIDE

La artritis reumatoide (AR), que afecta hasta a 1.5 millones de estadounidenses, es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca su propio tejido articular. Esto genera una inflamación en todo el cuerpo y puede provocar erosión y dolor en las articulaciones.

Por qué importa la obesidad

Los químicos inflamatorios de la grasa son los culpables de la AR. Algunas de estas sustancias químicas, llamadas citocinas, pueden afectar diferentes sistemas del cuerpo, como los sistemas musculoesquelético y cardiovascular. El tejido adiposo libera muchos tipos de citocinas, y los investigadores están trabajando para identificarlas y comprender los efectos específicos de cada tipo.

Un grupo importante se llama adipocinas, y la mayoría de los tipos de adipocinas promueven la inflamación, que "no es algo bueno en la AR", dice Jon Giles, MD, profesor asociado de medicina en la División de Reumatología del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia en la ciudad New York.

Otras citocinas liberadas por la grasa incluyen el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) y la interleucina-1 (IL-1). Ambos son hiperactivos en la AR y causan inflamación.

Las personas con AR, incluidas aquellas que tienen un índice de masa corporal (IMC) dentro del rango normal, tienen otra razón más para controlar su dieta y hacer ejercicio. "El proceso de la enfermedad cambia la composición corporal de manera desfavorable; lleva a tener más grasa y menos músculo", dice el Dr. Giles, quien ha realizado numerosos estudios sobre los efectos de la composición corporal y la artritis inflamatoria.

Además, los investigadores descubrieron que el exceso de grasa suele encontrarse alrededor del abdomen (lo que se conoce como grasa visceral), que es un factor de riesgo de resistencia a la insulina (diabetes) y problemas cardiovasculares, y los pacientes con AR ya tienen un mayor riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y otros eventos cardiovasculares que la población general.

Lea más sobre la grasa y la AR.

LA GRASA Y LA GOTA

La gota es una forma de artritis inflamatoria que ocurre cuando un exceso de ácido úrico en el cuerpo lleva a la formación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, lo que desencadena ataques dolorosos, más comúnmente en el dedo gordo del pie.

Por qué importa la obesidad

La obesidad está estrechamente relacionada con la gota; a medida que aumentó la tasa de obesidad del país, también aumentó la tasa de gota. Según los estudios, alrededor del 70 % de las personas con gota tienen sobrepeso y el 14 % son obesas. Una persona obesa tiene mayor riesgo de desarrollar gota en primer lugar, y de tener gota años antes que alguien de peso normal.

"En el grupo de mayor peso frente al grupo de menor peso, el riesgo de desarrollar gota podría aumentar o ser diez veces mayor", dice el experto en gota Hyon Choi, MD, profesor de Medicina y director de Epidemiología clínica en reumatología en el Hospital General de Massachusetts en Bostón. El Dr. Choi es autor de estudios fundamentales basados ​​en la población que examinan la relación entre la gota y la obesidad.

Los estudios demostraron que perder incluso una pequeña cantidad de peso puede reducir los niveles de ácido úrico, y perder más peso tiene un mayor efecto en la reducción del ácido úrico. "Al bajar de peso, se reducen los niveles de ácido úrico. Si se deshace de la causa raíz, su riesgo disminuirá", comenta el Dr. Choi. Obtenga más información sobre la gota y su relación con la obesidad.

LA GRASA Y LA ARTRITIS PSORIÁSICA

La artritis psoriásica (AP) es una forma inflamatoria autoinmune de artritis que afecta hasta al 30 % de las personas con psoriasis, una afección autoinmune que afecta la piel. La psoriasis suele preceder a la artritis psoriásica.

Por qué importa la obesidad

Según los estudios, la obesidad es un factor de riesgo para la psoriasis y se asocia con una enfermedad más grave. Las personas con psoriasis tienen más probabilidades que las personas sin ella de tener un IMC más alto y niveles más altos de la hormona leptina relacionada con la obesidad. En uno de los primeros estudios en los que se analizó la relación entre la psoriasis y el desarrollo de AP, se descubrió que los pacientes con psoriasis que eran obesos a los 18 años tenían el triple de riesgo de desarrollar AP que aquellos con un IMC normal, y desarrollaron AP más temprano en la vida.

"Es un golpe doble; primero contraen psoriasis, luego contraen artritis psoriásica", dice Dafna Gladman, MD, profesora de Medicina en la Universidad de Toronto y coautora de muchos estudios sobre la artritis psoriásica.

Sin embargo, se desconoce el mecanismo exacto. "Suceden muchas cosas metabólicas [en la obesidad]: adiponectina, leptina, citocinas proinflamatorias que aumentan. No sabemos si solo se trata de la grasa o de aquello con lo que está asociada la grasa", comenta la Dra. Gladman.

Lo cierto es que el sobrepeso o la obesidad influyen en la AP. "Como lleva más peso, especialmente en las extremidades inferiores y la espalda, hay fuerzas adicionales en juego", dice la Dra. Gladman. "Además, cuando tiene sobrepeso, es difícil calcular la dosis de medicación que podría necesitar [La dosis de infliximab] Remicade se calcula según el peso del paciente, pero otros medicamentos no, por lo que los pacientes obesos pueden recibir un tratamiento insuficiente porque no sabemos la dosis precisa que debemos usar".

LA GRASA Y EL LUPUS

El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmune inflamatoria crónica que afecta principalmente a mujeres de color. El sistema inmunitario del cuerpo ataca sus propios tejidos y órganos, lo que provoca numerosos síntomas que se suelen confundir con otras enfermedades.

Por qué importa la obesidad

Varios estudios demostraron que las tasas de obesidad son más altas en personas con lupus que en la población general. La obesidad en pacientes con lupus se asocia con altos niveles de discapacidad y, posiblemente, deterioro cognitivo.

"Descubrimos que hay una tasa más alta de obesidad entre las mujeres con lupus que en la población general, y hay un gran efecto de la obesidad en el funcionamiento", dice Patricia Katz, PhD, profesora de Medicina y Políticas de salud en la Universidad de California, San Francisco.

Al igual que en la artrosis y la artritis reumatoide, las citocinas que libera la grasa generan inflamación en diferentes partes del cuerpo. "El tejido graso no es inerte", comenta Katz, haciéndose eco de otros investigadores.

Pero, según ella, es difícil saber si la obesidad es una causa o un efecto de los riesgos para la salud asociados con el lupus. Por ejemplo, las personas con lupus tienen un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. "Si una persona está gorda, tal vez libere más citocinas inflamatorias, lo que afecta el riesgo cardiovascular".

Y, al igual que con otras formas de artritis, aparece el problema de la mecánica corporal. "Si una persona es obesa, la carga en sus articulaciones empeorará el dolor", dice ella.

Obtenga más información sobre la asociación entre el lupus y la grasa.

LA GRASA Y LA FIBROMIALGIA

La fibromialgia es un trastorno de dolor crónico con dolor muscular generalizado y "puntos sensibles". Los síntomas pueden incluir fatiga, problemas para dormir, depresión, irritabilidad de la vejiga y el intestino, y dificultades cognitivas. Si bien en los estudios se muestran diferentes tasas de prevalencia, se cree que afecta hasta al 6 % de los estadounidenses, mayormente mujeres.

Por qué importa la obesidad

En los EE. UU., alrededor del 43 % de las personas con fibromialgia tienen obesidad, y en numerosos estudios se demostró que los pacientes con fibromialgia más obesos tienen peores síntomas y una calidad de vida más baja que los que tienen un peso normal. Además, según un gran estudio noruego, tener sobrepeso aumenta el riesgo de desarrollar fibromialgia, sobre todo en aquellas personas que no son activas.

Tanto la fibromialgia como la obesidad se caracterizan por el mal funcionamiento del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal (HHS), un sistema de comunicación entre las glándulas que ayuda a regular el sistema inmunitario, la digestión, el estado de ánimo, las hormonas y otras funciones. Según Akiko Okifuji, PhD, psicóloga del Centro de Investigación y Manejo del Dolor y profesora de la Universidad de Utah en Salt Lake City, comprender el problema del eje HHS podría llevar a mejores tratamientos para ambas afecciones.

Cada afección plantea "una posible barrera para tratar a la otra", dice Okifuji. "Para ayudar a las personas a reducir los síntomas y el peso, debemos enfocarnos en ambas afecciones".

Lea más sobre cómo la grasa afecta la fibromialgia.

 

Fecha de actualización: abril de 2021

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