Cómo practicar deportes después de una cirugía de reemplazo articular
Volver de manera segura a las actividades de mayor intensidad después de la cirugía de reemplazo articular es posible.
Por Linda Rath | 24 de abril de 2024
El ejercicio regular es una parte esencial de cualquier plan de tratamiento para la artritis. Es la única terapia no farmacológica que todas las organizaciones de la artritis aprueban sin excepción. Se recomiendan al menos 150 minutos a la semana de ejercicio cardiovascular, de fortalecimiento, flexibilidad y equilibrio, según una inmensidad de investigaciones que muestran que la actividad física reduce el dolor, aumenta la movilidad e incluso puede retrasar la evolución de la enfermedad. Pero, ¿qué sucede si se somete a un reemplazo total de cadera o rodilla?
Una nueva tendencia
Hace décadas que los deportes de alto impacto, como el tenis individual, el jogging, el atletismo y el fútbol, están en la lista de "prohibidos" después del reemplazo total de articulaciones (TJR). Se pensaba que aflojaban el implante o desgastaban las piezas de plástico con mayor rapidez. Aunque no hay consenso sobre la mejor manera de hacer ejercicio después de la rehabilitación, muchos expertos ahora permiten a los pacientes más margen de actividad que hace unos años.
William Roberts, MD, director médico del Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva, advirtió en el pasado contra los ejercicios de alto impacto, especialmente correr. Hoy en día, algunos expertos respaldan el running, tanto para los corredores experimentados como para los que recién comienzan. Muchos estudios recientes también demostraron que restringir el movimiento después de un reemplazo de cadera, algo que durante mucho tiempo se consideró necesario para evitar que el implante se disloque, no solo no es beneficioso sino que hasta puede impedir la curación.
Esto es lo que está impulsando el cambio, qué actividades considerar después del reemplazo articular y cómo volver a hacer ejercicio de manera segura.
Cambios en las restricciones
Algunos médicos y cirujanos están revisando su forma de pensar sobre el ejercicio posoperatorio porque sus pacientes son más jóvenes y los implantes y las técnicas quirúrgicas son mejores.
Pacientes jóvenes y activos. La mayoría de los pacientes con reemplazo articular tienen a partir de 60 años, pero los adultos de entre 40 y 50 años están adquiriendo cada vez más rodillas y caderas nuevas. Muchos son atletas que tienen artritis moderada y desean mantenerse activos el mayor tiempo posible. Otros desarrollaron artrosis (OA) después de un accidente o una lesión. Se estima que la mitad de las personas que se rompen el ligamento cruzado anterior (LCA), una de las lesiones más comunes relacionadas con los deportes y los accidentes, desarrollarán artrosis en un plazo de cinco a 15 años. Muchas son mujeres, que tienen hasta ocho veces más probabilidades de romperse el LCA que los hombres. Hasta el 80% de los exjugadores de fútbol americano que tienen una lesión en la rodilla también desarrollan artrosis con el tiempo. La determinación de los adultos jóvenes activos de practicar deportes es una de las razones por las que están cambiando las reglas en torno a la actividad tras una operación.
Una encuesta realizada a 164 pacientes que se sometieron a un reemplazo parcial de rodilla informó que los hombres de hasta 55 años pudieron volver a practicar deportes de alto o moderado impacto. Algunos pacientes que no habían practicado deportes antes de la cirugía comenzaron a practicarlos después.
Aspectos a tener en cuenta
No todos los pacientes tienen el mismo éxito quirúrgico, y no es realista esperar que una articulación artificial funcione exactamente como una con la que nació. Es posible que no se doble tan fácilmente, que no tenga la misma amplitud de movimiento o que no le provoque ningún dolor. Alrededor del 20% de las personas experimentan dolor crónico después de un reemplazo total de articulación. Esto puede hacer que el ejercicio sea más difícil, pero también, más importante.
Otra consideración para los adultos más jóvenes que están pensando en hacerse un reemplazo articular: dependiendo de su edad, es casi seguro que sobrevivirá a su implante, el cual puede durar de 15 a 20 años. Los reemplazos de la segunda articulación (revisión) son más complicados y, por lo general, menos exitosos que los primeros.
Mejores implantes y técnicas. La mayoría de las ideas sobre el desgaste de los implantes se originaron en los años 1990, pero los materiales de los implantes y las técnicas quirúrgicas han mejorado desde entonces. Por ejemplo:
- Las uniones artificiales de cerámica y polietileno tienden a durar más y resisten mejor la tensión que las versiones metálicas más antiguas
- La impresión 3-D se puede utilizar para personalizar prótesis cuando los implantes estándar no se ajustan como corresponde
- La cirugía asistida por robot permite una colocación y alineación más precisas de los implantes
- El abordaje mínimamente invasivo de la cadera anterior permite a los cirujanos acceder a la cadera desde una pequeña incisión cerca de la ingle sin separar músculos y tendones, lo que puede conducir a una recuperación más rápida con menos complicaciones.
Ejercicio de rehabilitación
Incluso si no era muy activo antes de su cirugía, seguir a rajatabla todas las recomendaciones de ejercicio posteriores es importante para un resultado exitoso a largo plazo. Durante décadas, el protocolo estándar era que los pacientes trabajaran con un fisioterapeuta para mejorar el rango de movimiento y ganar fuerza y estabilidad con la nueva articulación. La investigación ahora sugiere que para muchos, si no la mayoría, de los pacientes, un programa de ejercicio en el hogar o la rehabilitación televisada pueden ser tan exitosos como la fisioterapia hospitalaria. Esto ahorra tiempo y dinero y, debido a que es más conveniente y accesible, es más probable que muchos continúen con el programa. Si necesita a alguien que lo ayude a mantener la constancia, la fisioterapia en persona es la mejor opción.
Levante peso para obtener el mejor resultado
El entrenamiento de resistencia, con pesas libres, máquinas, bandas o peso corporal, es una parte fundamental de la rehabilitación después de una cirugía. Ayuda a preservar la vida útil del implante al fortalecer los huesos y los músculos de soporte sin tensionar la articulación.
En 2024, un grupo de investigadores australianos revisaron 16 estudios sobre el entrenamiento de hipertrofia después de un reemplazo de rodilla y cadera. El entrenamiento de hipertrofia es un tipo de entrenamiento de fuerza dedicado exclusivamente a desarrollar músculo. Los investigadores descubrieron que tener más masa muscular conducía a los mejores resultados después de ambos tipos de cirugía. Los estudios utilizaron diferentes pesos y técnicas, por lo que no fue posible determinar cuál era la mejor rutina, pero las prensas de piernas, las aducciones de cadera y las extensiones de cadera y rodilla fueron comunes. El entrenamiento con pesas, por lo general, comienza durante la rehabilitación, y se alienta a los pacientes a continuarlo dos o tres veces por semana después del alta. Aprenda las técnicas adecuadas de un fisioterapeuta de modo de ir aumentando el peso de manera segura con el tiempo.
Ejercicio posterior a la rehabilitación: ¿qué, cuándo y cuánto?
Después de la cirugía, recibirá instrucciones detalladas sobre cómo y cuándo hacer ejercicio durante el período de rehabilitación de tres o cuatro meses. Después de eso, no está tan claro. Los mejores tipos de ejercicios posteriores a la rehabilitación dependen de muchos factores, como el estado físico, la fuerza, la movilidad y el equilibrio, la salud general y el nivel de actividad previo. Si practicaba deportes antes de desarrollar artritis, probablemente querrá volver a hacerlo. Si es más sedentario, no está en plena forma o está ansioso por su implante, apéguese a ejercicios de bajo impacto como andar en bicicleta (en la carretera o en el gimnasio), usar el elíptico, remar, nadar y caminar. Los expertos dicen que muchas personas están en condiciones de hacer actividades de mayor impacto de manera segura, una vez que están completamente curadas de la cirugía, pero mucho depende de las metas y la comodidad personales.
Cuándo volver al ruedo
No todas las personas se recuperan de la cirugía al mismo tiempo. Es probable que los pacientes con implantes de rodilla tengan más dolor y tarden más en sanar que los pacientes con implantes de cadera. Los exatletas y los pacientes jóvenes y sanos suelen sanar más rápido que los ancianos sedentarios. En general, si no tiene problemas de salud graves ni dolor quirúrgico persistente, es posible que esté listo para una actividad más vigorosa de tres a seis meses después de la cirugía.
Aunque las señales corporales son importantes, consulte siempre con su cirujano o fisioterapeuta antes de subir el ritmo del ejercicio. Además, tenga en cuenta estos consejos:
- Trabaje en los desequilibrios. Fue diligente para caminar y en el entrenamiento de resistencia, pero es posible que aún tenga desequilibrios porque su rodilla o cadera más fuerte estuvo compensando la operación durante bastante tiempo. Si este es su caso, trabaje en los desequilibrios con un entrenador o fisioterapeuta para reducir el riesgo de lesiones.
- Siga la regla del 10%. Comience lentamente y aumente su nivel de actividad en aproximadamente un 10% a la semana. Si quiere volver a correr, por ejemplo, comience caminando, siga con intervalos suaves de caminata y trote, y aumente el ritmo y la distancia poco a poco. Lo mismo aplica a cualquier otro deporte o actividad.
- Entumecimiento o dolor. Es natural sentir algo de entumecimiento muscular al retomar el ejercicio vigoroso, pero no debería sentir dolor. Si la nueva articulación duele, hable con su médico. Es posible que necesite fortalecer más los músculos de soporte o hacer otro tipo de ejercicios durante un tiempo más.
El panorama de las recomendaciones posoperatorias es cambiante y confuso, en especial, porque algunos cirujanos y pacientes no se ponen de acuerdo sobre el enfoque correcto. No hay nada de malo en reducir la intensidad del ejercicio, pero si está decidido a volver a los entrenamientos de mayor intensidad, busque un fisioterapeuta o un médico especialista en medicina deportiva para que lo guíe para hacerlo de manera segura.

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