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Inyecciones e implantes para aliviar el dolor de espalda

Estos procedimientos y dispositivos administran medicamentos para el dolor directamente en la fuente del dolor.

Por Suzanne Wright | 21 de May del 2021

Las personas prueban una gran cantidad de tratamientos para aliviar el dolor de espalda, desde fisioterapia y medicamentos hasta acupuntura y masajes. No obstante, en algunos casos, el dolor es incapacitante y se hace necesario un tratamiento más agresivo. A pesar de que los tratamientos con inyecciones pueden ayudar a aliviar el dolor de espalda y de ciática, solo unos pocos de estos procedimientos son utilizados para la artrosis (OA) o para formas inflamatorias de la artritis.

Las inyecciones para el dolor de espalda son utilizadas para administrar medicamentos antiinflamatorios, a fin de aliviar el dolor de forma local, justo en la zona afectada. Los pacientes que continúan necesitando controlar el dolor, incluso después de haberse sometido a una cirugía para el dolor de espalda o de ciática, pueden obtener alivio con un dispositivo implantado.

"Existen numerosas causas subyacentes diferentes para el dolor de espalda, y existen diferentes inyecciones para abordar estas posibles causas", afirma el doctor Robert S. Griffin, PhD, médico del dolor del Hospital de Cirugía Especial de New York.

Los médicos pueden probar varios tipos diferentes de inyecciones para el dolor de espalda, comenzando con el tratamiento más conservador. El mejor enfoque para usted dependerá de su problema particular.

El Dr. Griffin afirma que las inyecciones en puntos gatillo son el procedimiento de menor riesgo, seguido de las inyecciones en las articulaciones sacroilíacas tendientes a aliviar el dolor en dichas articulaciones (siendo estas las articulaciones existentes entre los huesos de la cadera y un hueso situado en la base de la columna vertebral). Las inyecciones en la columna vertebral, entre las que se incluyen la inyección en la articulación facetaria, la ablación facetaria por radiofrecuencia y las inyecciones epidurales de esteroides, presentan riesgos más altos, pero similares. Y la estimulación de la médula espinal y los sistemas de infusión de fármacos implantados son potencialmente los más riesgosos, teniendo en cuenta los procedimientos aquí analizados.

«Todos estos procedimientos pueden ser beneficiosos para pacientes con el tipo pertinente de dolor de espalda y pueden ser útiles en pacientes que varían en edad y género», explica el Dr. Griffin. 

Este añade que los sistemas de neuromodulación (estimulación de los ganglios de la raíz dorsal) forman parte de un nuevo y prometedor tratamiento que puede ser útil para las personas con dolor neuropático localizado, tal el caso del síndrome de dolor regional complejo.

INYECCIONES

- Inyecciones epidurales de glucocorticoide: cuando la inflamación localizada en el interior de la columna vertebral causa irritación e hinchazón en las raíces nerviosas, el médico puede administrar un potente medicamento antiinflamatorio para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Los glucocorticoides (un tipo de corticoesteroide, o "esteroide") suelen inyectarse directamente en el espacio epidural —siendo este la zona situada dentro del canal espinal, pero fuera de la capa de tejido conectivo (la duramadre) que recubre el líquido cefalorraquídeo, la médula espinal y los nervios espinales. Estas inyecciones están destinadas a administrar medicamentos analgésicos directamente en el lugar donde se encuentra la inflamación. El alivio del dolor suele comenzar en menos de una semana y dura desde varios días hasta algunos meses.

«Son más útiles para el dolor radicular (dolor procedente de una raíz nerviosa espinal que está inflamada y/o comprimida) asociado a hernias discales o estenosis espinal», afirma el Dr. Griffin. Estas inyecciones presentan algunos riesgos, entre los que se incluyen, infección grave, hemorragia, lesión de algún nervio, falta de éxito, dolor posterior al procedimiento o reacción alérgica a la medicación o al medio de contraste que habitualmente se utiliza en el procedimiento. Una punción involuntaria de la duramadre puede causar dolor de cabeza. Los bloqueos facetarios y la ablación por radiofrecuencia presentan riesgos similares.

Además, el Dr. Griffin advierte que los pacientes que toman medicación anticoagulante deben hablar con su cardiólogo sobre la posibilidad de suspenderla temporalmente para el procedimiento; y si eso no fuera posible, renunciar a este procedimiento podría ser la mejor opción.

«Los pacientes con diabetes o presión arterial alta pueden presentar exacerbaciones de estos problemas de forma temporal luego de la inyección debido a los efectos colaterales de los esteroides», afirma el Dr. Griffin. «Las inyecciones frecuentes de esteroides también pueden aumentar el riesgo de osteoporosis».  

• Inyección epidural de esteroides transforaminal: cuando una raíz nerviosa se comprime o inflama puede causar dolor en la espalda y en las piernas. Una inyección epidural de esteroides transforaminal, en ocasiones denominada bloqueo selectivo de la raíz nerviosa, es una inyección compuesta por un glucocorticoide y/o un agente anestésico, la cual se aplica en la zona donde el nervio sale de la columna vertebral, entre las vértebras. El alivio del dolor comienza en unos días o en una semana y puede durar hasta unos pocos meses.

• Bloqueo de la articulación facetaria: si su médico sospecha que el origen de su dolor proviene de las articulaciones facetarias, donde las vértebras se conectan entre sí, puede recomendarle un bloqueo de la articulación facetaria, o una inyección en esta. Las personas con dolor en la articulación facetaria provocado por artrosis pueden beneficiarse con este procedimiento, en el que se inyecta un corticoesteroide y/o un medicamento anestésico directamente en la cápsula articular. El alivio del dolor puede durar varias semanas o meses. («El dolor de la articulación facetaria provocado por afecciones reumáticas, tales como la espondiloartritis axial, suele tratarse con medicamentos, aunque podría considerarse una inyección en la articulación facetaria o una neurotomía facetaria para aliviar los síntomas», añade el Dr. Griffin).

• Neurotomía facetaria: este procedimiento puede ayudar si un bloqueo de la articulación facetaria indica que una articulación en particular es la fuente del dolor de espalda, posiblemente provocado por OA. Se utiliza una aguja calentada para extraer e inutilizar el nervio responsable del dolor. A pesar de que el nervio suele volver a regenerarse, permitiendo que el dolor regrese, el alivio del dolor puede durar de varios meses a un año.

También llamada «ablación facetaria por radiofrecuencia », el Dr. Griffin afirma que «[se] utiliza para el dolor crónico de la articulación facetaria, con frecuencia tiene éxito, y puede proporcionar un alivio prolongado -con frecuencia de ocho a 12 meses». Los riesgos son similares a los de la inyección epidural, pero no se necesitan esteroides, lo que plantea menos problemas para quienes tienen diabetes, presión arterial alta u osteoporosis.  

• Inyección en la articulación sacroilíaca: consiste en inyectar un anestésico o un antiinflamatorio en la articulación sacroilíaca, la cual conecta el sacro (una de las secciones de la columna vertebral compuesta por cinco vértebras fusionadas) con la pelvis. Puede ser utilizada para aliviar el dolor lumbar resultante de una inflamación o de un daño en el interior de la articulación sacroilíaca, en algunos casos como resultado de una enfermedad reumática.

«El dolor sacroilíaco a menudo se siente como una fuerte molestia sobre la zona del sacro, el cual es sumamente doloroso al estar sentado o de pie durante mucho tiempo», explica el Dr. Griffin. «Estas inyecciones siguen presentando riesgo de infección articular, lo cual puede ser bastante grave, pero los riesgos de hemorragia y lesión nerviosa son mucho menores».

• Inyecciones en los puntos gatillo: son utilizadas para el dolor muscular, inyectan una pequeña cantidad de anestésico, a veces junto con un corticoesteroide, directamente en los puntos gatillo dolorosos —siendo estos sitios específicos que causan dolor (tanto localmente como a lo largo de toda la espalda) cuando su médico presiona uno durante un examen.

«Las inyecciones en los puntos gatillo son utilizadas para el espasmo muscular local», afirma el Dr. Griffin. «Con frecuencia son útiles y más exitosas para los espasmos agudos, ya que no suelen tener una extensa duración de acción. Los riesgos son muy bajos, ya que no se pretende que las agujas lleguen a la columna vertebral».

Dispositivos implantables
Para tratar el dolor de espalda se utilizan dos tipos de dispositivos implantables: los que administran estimulación eléctrica y los que administran medicación a la médula espinal.

• Estimulación de la médula espinal: se cree que la estimulación de la médula espinal disminuye la percepción del dolor al activar nervios situados en la zona lumbar para bloquear las señales de dolor que se dirigen hacia esa zona. Como resultado de ello, el dolor es sustituido por una agradable sensación de hormigueo. La estimulación de la médula espinal se administra a través de un conjunto de electrodos insertados entre las vértebras, en el espacio epidural. Un generador de impulsos colocado quirúrgicamente bajo la piel, usualmente en el abdomen o en la zona superior de las nalgas, activa los electrodos. El procedimiento puede ser apropiado para personas con lesiones en alguna raíz nerviosa que no han respondido adecuadamente a tratamientos convencionales y para aquellas en las que la cirugía no ha tenido éxito. Por lo general, no ayudan con el dolor de la artritis.

«La estimulación de la médula espinal es principalmente útil para los pacientes que sienten dolor continuo, relacionado con los nervios, luego de haberse sometido a una cirugía en la columna vertebral para aliviar la compresión de un nervio», explica el Dr. Griffin. «Pueden existir riesgos asociados con el dispositivo implantable, entre los que se incluyen falla del dispositivo, migración de plomo o infección provocada por el dispositivo. También se puede experimentar dolor en el sitio donde fue implantada la batería. La mayoría de ellos pueden tratarse mediante extracción o revisión del sistema. Con el transcurso del tiempo, algunos pacientes corren riesgo de desarrollar un tipo de dolor que "deja sin efecto" la estimulación». 

• Infusión de fármacos implantados: también llamada terapia intraespinal de infusión de fármacos, consiste en la implantación de una bomba en el cuerpo para administrar una dosis regular y predeterminada de medicamento para el dolor, opioide, a través de un tubo insertado en la zona dolorida de la columna vertebral. Al dirigir la medicación al lugar preciso donde se activará, se necesitan cantidades mucho menores de opioides para controlar el dolor que si se tomaran por vía oral o se aplicaran mediante una inyección, y el riesgo de efectos colaterales también es mucho menor.

No obstante, el Dr. Griffin afirma que «los sistemas de infusión de fármacos implantados son muy controvertidos para tratar el dolor de espalda y son más útiles para controlar el dolor causado por el cáncer».

 

 

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