Ir directamente al contenido principal

EN

Artritis idiopática juvenil (AIJ)

 La artritis idiopática juvenil (AIJ) es el tipo más común de artritis en niños y adolescentes.

La artritis idiopática juvenil (AIJ) es el tipo más común de artritis en niños y adolescentes. Por lo general, causa inflamación y dolor articular en las manos, las rodillas, los tobillos, los codos o las muñecas. Pero también puede afectar otras partes del cuerpo. La AIJ solía llamarse artritis reumatoide juvenil (ARJ), pero el nombre cambió porque no es una versión infantil de la enfermedad adulta. El término "artritis juvenil" se usa para describir todas las afecciones de las articulaciones que afectan a niños y adolescentes, incluida la AIJ. Consulte nuestra hoja informativa para obtener orientación (PDF descargable).

Los tipos de AIJ son enfermedades autoinmunes o autoinflamatorias. Eso significa que el sistema inmunitario, que se supone que debe combatir a los invasores como los gérmenes y los virus, se confunde y ataca las células y los tejidos del cuerpo. Esto hace que el cuerpo libere sustancias químicas inflamatorias que atacan la membrana sinovial (tejido que recubre una articulación). Produce fluido que amortigua las articulaciones y las ayuda a moverse sin problemas. Una membrana sinovial inflamada puede hacer que una articulación se sienta dolorosa o sensible, se vea roja o hinchada, o sea difícil de mover.  

El término "idiopática" significa desconocida, y los investigadores no están seguros de por qué los niños desarrollan AIJ. Creen que los niños con AIJ tienen ciertos genes que son activados por un virus, una bacteria u otros factores externos. Sin embargo, no hay evidencia de que los alimentos, las toxinas, las alergias o la falta de vitaminas causen la enfermedad.


 

Síntomas


También es posible que un niño comience con un tipo de AIJ, pero desarrolle síntomas de otro tipo más adelante. 
Los síntomas más comunes incluyen:

  • Rigidez o dolor articular; puede empeorar después de levantarse o permanecer demasiado tiempo en una misma posición.
  • Articulaciones rojas, hinchadas, sensibles o calientes.
  • Sensación de mucho cansancio o agotamiento (fatiga).
  • Visión borrosa u ojos secos y arenosos.
  • Erupción cutánea
  • Pérdida de apetito.
  • Fiebre alta.

Ciertos síntomas son específicos del tipo de artritis que tiene un niño. Existen seis tipos de AIJ:

  • Oligoartritis: Afecta a cuatro o menos articulaciones, normalmente las grandes (rodillas, tobillos, codos). Es el subtipo más común de AIJ.
  • Poliartritis: Afecta cinco articulaciones o más, a menudo en ambos lados del cuerpo (ambas rodillas, ambas muñecas, etc.). Puede afectar a las articulaciones grandes y pequeñas. Afecta a alrededor del 25 % de los niños con AIJ.
  • Sistémica: Afecta a todo el organismo (articulaciones, piel y órganos internos). Los síntomas pueden incluir fiebre alta (103 °F o más) durante al menos dos semanas y sarpullido. Afecta a alrededor del 10 % de los niños con AIJ.
  • Artritis psoriásica (AP): Síntomas articulares y erupción escamosa detrás de las orejas y/o en los párpados, codos, rodillas, ombligo y cuero cabelludo. Los síntomas en la piel pueden ocurrir antes o después de que aparezcan los síntomas articulares. Puede afectar una o más articulaciones, con frecuencia las muñecas, las rodillas, los tobillos, los dedos de las manos o de los pies. 
  • Relacionada con la entesitis: También conocida como espondiloartritis. Afecta el lugar donde los músculos, ligamentos o tendones se unen al hueso (entesis). Comúnmente afecta las caderas, las rodillas y los pies, pero también puede afectar los dedos, los codos, la pelvis, el tórax, el tracto digestivo (enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa) y la parte inferior de la espalda (espondilitis anquilosante). Más común en niños; por lo general, aparece en niños de entre 8 y 15 años. 
  • Indiferenciada: Los síntomas no coinciden perfectamente con ninguno de los subtipos, pero la inflamación está presente en una o más articulaciones.  

Los síntomas de AIJ también pueden aparecer y desaparecer. Los períodos de mucha inflamación y empeoramiento de los síntomas se denominan brotes. El brote puede durar días o meses.
 

Si la inflamación de la AIJ no se controla, puede dañar el recubrimiento de los extremos de los huesos en una articulación (cartílago) y los huesos en sí mismos. Estas son algunas otras formas en que la AIJ puede afectar el cuerpo:
  • Ojos. Sequedad, dolor, enrojecimiento, sensibilidad a la luz y problemas para ver bien causados por la uveítis (inflamación ocular crónica). Más común con oligoartritis.
  • Huesos. La inflamación crónica y el uso de corticoesteroides pueden causar un retraso en el crecimiento en algunos niños con AIJ. Los huesos pueden volverse más delgados y romperse más fácilmente (osteoporosis).
  • Boca/mandíbula. Dificultad para masticar, cepillarse los dientes o usar hilo dental. Más de la mitad de los niños con AIJ tienen compromiso mandibular. 
  • Cuello. La inflamación de la columna cervical puede causar dolor o rigidez en el cuello. Las glándulas del cuello inflamadas también podrían indicar una infección en niños con AIJS o que toman medicamentos inmunodepresores.  
  • Tobillos/pies. Dolor en los pies y dificultad para caminar. Más común en poliartritis y artritis relacionada con entesitis. 
  • Piel. Los síntomas pueden variar desde un leve sarpullido de color salmón (AIJS) hasta un sarpullido rojo y escamoso (artritis psoriásica).  
  • Pulmones.  Inflamación y cicatrices que pueden provocar dificultad para respirar y enfermedad pulmonar. Puede ocurrir en AIJS.
  • Corazón. La inflamación puede causar daño al músculo cardíaco. Puede ocurrir en AIJS.
  • Tracto digestivo. Dolor abdominal y diarrea. Más común en niños con artritis de columna o espondilitis anquilosante. 
  • Órganos reproductivos. Inicio tardío de la pubertad. Ciertos medicamentos como la ciclofosfamida pueden provocar problemas de fertilidad más adelante. 
  • Pérdida o aumento de peso. Por cambios en el apetito, compromiso mandibular o dificultad para hacer ejercicio. El sobrepeso ejerce una presión adicional sobre las articulaciones. 

El control de la inflamación y de la enfermedad puede prevenir el daño y las complicaciones de estos efectos sobre la salud. 
 
Según el American College of Rheumatology (ACR), un niño debe tener inflamación en una o más articulaciones por al menos seis semanas, ser menor de 16 años y descartar todas las demás afecciones antes de que se le diagnostique AIJ.  

Un pediatra puede ser el primer médico en darse cuenta de la causa de los síntomas. Es posible que se derive a los padres a un reumatólogo (un médico con formación especializada en el tratamiento de la artritis). Algunos reumatólogos solo tratan a niños. Otros solo tratan a adultos. Algunos de ellos tratan a ambos. Una historia clínica, un examen físico y análisis de sangre ayudan a hacer el diagnóstico correcto. 

Historia clínica. El médico hará preguntas sobre la historia clínica del niño, cuándo comenzaron los síntomas y cuánto tiempo duraron. Esto ayuda a descartar otras causas como trauma o infección. El médico también preguntará sobre la historia clínica de la familia.

Examen físico. El médico evaluará si hay articulaciones sensibles, hinchadas, calientes o con movimiento doloroso o limitado, y evaluará el rango de movimiento.  También puede revisar los ojos y la piel. 

Pruebas de laboratorio. Es posible que el médico solicite análisis de sangre para detectar ciertas proteínas y sustancias químicas que se encuentran en algunas personas con artritis. Estas pruebas incluyen:
  • Pruebas de velocidad de eritrosedimentación (ESR) y proteína C reactiva (PCR): Las velocidades altas de ESR y los niveles altos de PCR indican una inflamación severa en el cuerpo.  
  • Prueba de anticuerpos antinucleares (ANA): Una prueba de ANA positiva se asocia con muchos tipos de artritis, pero los niños sin AIJ también pueden tener un resultado positivo de ANA. 
  • Prueba de factor reumatoide (FR) Puede aparecer en niños con poliartritis. Un factor reumatoideo positivo puede indicar una enfermedad más grave.
  • Tipificación HLA-B27 (un marcador genético): El gen HLA-B27 está asociado con tipos de artritis relacionados con la entesitis, como la espondilitis anquilosante. 
  • Hemograma completo (CBC): Los niveles altos de glóbulos blancos y los niveles bajos de glóbulos rojos están relacionados con ciertos tipos de artritis.
  • Diagnóstico por imágenes. El médico puede ordenar pruebas de diagnóstico por imágenes, como radiografías, ecografías y resonancia magnética o tomografía computarizada, para buscar signos de daño articular. 
No hay cura para la AIJ, pero es posible la remisión (poca o ninguna actividad o síntomas de la enfermedad).  El tratamiento agresivo temprano es fundamental para controlar la enfermedad lo más rápido posible. 

Los objetivos del tratamiento de la AIJ son:
  • Desacelerar o detener la inflamación. 
  • Aliviar los síntomas, controlar el dolor y mejorar la calidad de vida.
  • Prevenir daños en las articulaciones y los órganos
  • Preservar la función y la movilidad articular. 
  • Reducir los efectos en la salud a largo plazo.
  • Lograr la remisión (poca o nula actividad de la enfermedad o de los síntomas).


El tratamiento para la AIJ varía según el tipo de enfermedad y la gravedad. Un plan completo incluye medicación, terapias complementarias y hábitos de estilo de vida saludables.  
Medicamentos

Medicamentos que controlan la actividad de la enfermedad

Drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad (DMARD). Estos medicamentos funcionan para modificar el curso de la enfermedad. Los DMARD alivian los síntomas al inhibir el sistema inmunitario para que no ataque las articulaciones.  

•   DMARD tradicionales. Son las usadas desde hace más tiempo y tienen un gran efecto inmunodepresor. El medicamento más utilizado para la AIJ es el metotrexato. Estos medicamentos están disponibles en forma de píldora o inyección. 
•   Productos biológicos. Estos medicamentos se enfocan en ciertos pasos o sustancias químicas en el proceso inflamatorio y pueden funcionar más rápidamente que las DMARD tradicionales. Se autoinyectan o se administran mediante infusión en un consultorio médico.
 

Medicamentos que alivian los síntomas

Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) y analgésicos (para aliviar el dolor). Estos medicamentos alivian el dolor, pero no pueden disminuir el daño articular ni cambiar la evolución de la AIJ. Estos medicamentos son de venta libre o con receta.  

Cada niño con AIJ es diferente. El estándar de atención consiste en probar primero con metotrexato, pero muchos médicos comienzan con una combinación de producto biológico y DMARD para combatir la inflamación lo más rápido posible. A medida que los médicos controlan la enfermedad, se pueden agregar o eliminar medicamentos.

Para obtener más información sobre los medicamentos para la AIJ, visite arthritis.org/drugguide.

Cirugía

Gracias a los avances en el tratamiento, incluidos los productos biológicos, muchos niños nunca necesitarán cirugía. Pero para los niños cuya enfermedad no se pudo controlar lo suficientemente temprano, la cirugía puede ofrecer un alivio muy necesario y restaurar la función articular. 

Las partes dañadas de una articulación se reemplazan con prótesis de metal, cerámica o plástico. Los reemplazos de cadera y rodilla son los más comunes, y muchas cirugías se pueden realizar de forma ambulatoria. Hay otras cirugías que pueden mejorar la función articular y la calidad de vida, y requieren un corte mucho menor que en el reemplazo articular. Por ejemplo, con la artroscopia, se inserta un tubo delgado iluminado con una cámara acoplada a través de una pequeña incisión. Esto ayuda al cirujano a examinar las articulaciones del niño y realizar procedimientos, como extraer un trozo de cartílago suelto. Un cirujano ortopédico evaluará y determinará si la cirugía es la mejor opción. 
 

Terapias sin medicamentos

Ejercicio
El ejercicio frecuente ayuda a aliviar la rigidez y el dolor de las articulaciones. Las actividades de poco impacto que no dañan las articulaciones, como caminar, nadar, andar en bicicleta y practicar yoga, son mejores, pero los niños con la enfermedad bien controlada pueden participar en casi cualquier actividad que deseen, siempre que cuenten con la aprobación del médico o del fisioterapeuta que los trata. 

Fisioterapias y dispositivos de asistencia

La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden mejorar la calidad de vida de un niño enseñándole maneras de mantenerse activo y cómo llevar a cabo las tareas cotidianas con facilidad. Los niños con AIJ también pueden tener problemas de equilibrio y habilidades motoras más débiles, o problemas para moverse y coordinar grandes grupos de músculos. Asistir a fisioterapia y terapia ocupacional de forma regular puede mejorar la coordinación y el equilibrio, entre otras cosas. A continuación, enumeramos otras formas en que los fisioterapeutas y los terapeutas ocupacionales pueden ayudar a los niños con AIJ:
•    Enseñarles y orientarlos con respecto a los ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad. 
•    Aplicar técnicas de manipulación corporal.
•    Recetar dispositivos de asistencia (p. ej., dispositivos ortopédicos, férulas).
Ciertos hábitos pueden ayudar a controlar la enfermedad y aliviar los síntomas.  

Si bien no existe una dieta especial para la AIJ, los estudios muestran que algunos alimentos ayudan a frenar la inflamación. Estos incluyen los alimentos que se encuentran en la dieta mediterránea, es decir, pescados grasos, frutas, verduras, cereales integrales y aceite de oliva extravirgen, entre otros. Los niños con AIJ deben evitar o reducir los alimentos que pueden causar inflamación, como los alimentos ricos en grasas, azucarados y procesados. 

Cuando la AIJ está activa y las articulaciones duelen, están hinchadas o rígidas, es importante equilibrar la actividad liviana con el descanso. El reposo ayuda a reducir la inflamación y la fatiga provocadas por un brote de la enfermedad. Tomarse descansos durante el día protege las articulaciones y preserva la energía.

Los tratamientos con calor, como las almohadillas térmicas o los baños calientes, son mejores para atenuar la rigidez de las articulaciones y aliviar el cansancio muscular. El frío es mejor para el dolor agudo. Puede calmar las áreas doloridas y reducir la inflamación.

Estos geles, cremas o parches adhesivos pueden aliviar el dolor en una articulación o un músculo. Algunos contienen los mismos medicamentos que se encuentran en comprimidos y otros emplean ingredientes que irritan los nervios para desviar la atención del dolor. 

Hay diferentes maneras de relajarse y dejar de concentrarse en el dolor. Incluyen la meditación, la respiración profunda y la práctica de la visualización, o pensar en lugares tranquilos o recuerdos felices. Los niños con AIJ también pueden beneficiarse de ciertas técnicas de distracción para disminuir el dolor, especialmente durante el momento de las inyecciones. Por ejemplo, escuchar música, colorear o dibujar, leer y que les lean. 

El masaje y la acupuntura también pueden ayudar a reducir el dolor y aliviar el estrés o la ansiedad. La acupuntura consiste en insertar unas agujas finas en puntos especiales del cuerpo para aliviar el dolor. En caso de tener miedo a las agujas, puede usarse la acupresión, que emplea una técnica de presión firme, en su lugar.



 

El uso de suplementos rara vez se estudia en niños. Pero algunos suplementos que toman los adultos también pueden ayudar a los niños. Estos incluyen curcumina, una sustancia que se encuentra en la cúrcuma, y ​​suplementos de aceite de pescado con omega-3, que pueden ayudar a aliviar la rigidez y el dolor articular. Tomar calcio y vitamina D puede ayudar a desarrollar huesos fuertes. Siempre hable sobre los suplementos y las vitaminas con el médico de su hijo. Algunos pueden causar  efectos colaterales e interactuar con otros medicamentos. 

Los niños y adolescentes con AIJ tienen más probabilidades de deprimirse porque viven con una enfermedad crónica. Un sistema de apoyo fuerte compuesto por amigos y familiares puede brindar apoyo emocional en épocas difíciles. Los niños con AIJ pueden hacerse amigos de otros niños que enfrentan dificultades similares en varios eventos sobre AJ de Arthritis Foundation que se realizan durante todo el año. Los adolescentes también pueden participar en el programa iPeer2Peer de la Fundación, que une a un mentor adulto joven que tiene artritis con un adolescente que padece la misma enfermedad. Los terapeutas y psicólogos también pueden ayudar a los niños con AJ a lidiar con las emociones difíciles y enseñarles estrategias de afrontamiento positivas. 
 

60%

de los niños con AIJ que tienen oligoartritis; en su mayoría, niñas.

10%

de los niños con AIJ tienen AIJS; niños y niñas por igual.

25%

de los niños desarrollan uveítis dentro de los cuatro años posteriores al diagnóstico

Escuche relatos de primera mano de cómo la artritis juvenil afecta la vida. Advertencia: ¡le servirá de inspiración!

Contáctese con nosotros

Obtenga las últimas noticias y actualizaciones sobre nuestros recursos y eventos relacionados con la artritis juvenil. Regístrese proporcionando su información a continuación.